José Ángel Solorio Martínez
Reynosa es el epicentro de la lucha por Tamaulipas. Aún y cuando el dirigente del PRI tamaulipeco, el estulto Ramiro Ramos Salinas, no se ha dado cuenta el encontronazo por el 2018 ya está en marcha; con todo y que los dirigentes panistas encabezados por el anodino como rollizo Francisco Garza de Coss no se han percatado, los gru...pos de poder más articulados en la entidad han tomado posiciones.
El bando encabezado por el alcalde Everardo Villarreal Salinas –Oscar Luebbert, abandonó la plaza para seguir su interminable francachela con sus amigos de Mc Allen, Texas y dejó desmantelado el afluente que tanto trabajo costó a muchos de sus aliados- hace esfuerzos denodados por darle continuidad a su proyecto. La tarea que se han impuesto los priistas, es frenar el avance azul en la región. Hasta el momento, han instrumentado su orientación solos; ni la administración estatal ni el PRI dirigido por Ramos Salinas han mostrado interés por apuntalar a los tricolores locales para confrontar con éxito a la ola celeste.
Villarreal Salinas, tendrá que mostrar mayor destreza para imprimir continuidad a su proyecto.
La contraparte priísta es un PAN engallado y encarrerado. Los resultados, los números de la elección federal pasada, les ha inyectado optimismo y fortaleza. (No sería exagerado afirmar que la debilidad manifiesta del PRI tamaulipeco es otro elemento que aporta alegría a la banda azul).
Esta corriente está encabezada por el Senador Francisco García Cabeza de Vaca. Su mayor capital, es una clase política priista desdeñada, apartada de las tareas de mando y un segmento empresarial muy importante, ninguneado por el gobierno estatal.
Cabeza de Vaca viene de un triunfo espectacular.
Y desea repetirlo en su pueblo.
La alcaldía de Reynosa es una cortina de humo.
La presidencia municipal, es sólo un escalón.
Lo que subyace bajo esa maraña de pugnas e intereses, es el estratégico plan de tomar posiciones para la disputa por la gubernatura de Tamaulipas en el 2018. Ese es el fondo del asunto. Es la esencia de la confrontación entre el priismo y el panismo reynosenses.
Es la explicación que hace inferir lo intenso que será la pelea por la alcaldía reynosense.
¿Y los candidatos a la alcaldía..?
Es un elemento menor en el escenario sobre el cual se desenvuelve la reyerta. (Aunque el final podría ser: Carlos Solís o Rigoberto Garza Faz por el PRI y José María Moreno por el PAN, que potenciaría su candidatura con una viable alianza con el PRD u otros partidos de menor presencia que alientan enconos contra el líder real del priismo tamaulipeco).
Lo interesante de la confrontación es: ¿quién sobrevivirá?..
El choque de mastodontes está en corto.
Si Everardo Villarreal es capaz de frenar la avalancha azul, tendrá en mano el boleto para participar como actor relevante en el 2018. Si Cabeza de Vaca, ratifica su victoria de las elecciones federales estará en la ruta que desde hace tiempo decidió construir: la gubernatura de Tamaulipas.
El alcalde reynosense, se juega mucho en la elección del verano próximo; el ex alcalde, igual.
A la distancia, se ve solo un sobreviviente.
En los años 40s la clase política local tuvo en el gobernador Marte R. Gómez su mejor exponente. Desde entonces, los más cercanos ensayos han sido los del astutísimo Manuel Garza González y el dipsómano Oscar Luebbert Gutiérrez; ambos fallidos.
Es ya el tiempo de Reynosa.
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