jueves, 18 de febrero de 2016

Candelero

No creo que por la visita del Papa
México Mejore
Abraham Mohamed

Antes que nada, le ruego que perdone mi escepticismo al afirmar que no creo que la visita del Papa Francisco vaya a hacer que la situación en México mejore.
          Estoy consciente que puedo ser muy criticado por esto, pero le diré porque estoy en semejante plan de incredulidad.
          Mire usted:
          Para empezar le diré que respeto todas las diversidades, incluidas por supuesto las religiosas, pero advierto que no soy fanático de ninguna doctrina, aunque debo confesar que creo y me someto al poder de un Ser Supremo como rector existencial y espiritual, a quien todos conocemos como Dios, porque estoy convencido que de eso me beneficia.
          Así pues, me atrevo a apuntar que la caterva de mustios que en primera fila estuvieron frente al Papa para recibirlo a su llegada en el aeropuerto de la Ciudad de México, luego en Palacio Nacional y en la Basílica, son los principales responsables de que el país esté hundido en esta crisis económica, de violencia e inseguridad que es la peor en los últimos 50 años.
          Y esos malos mexicanos son responsables de todos los agravios y carencias que padece el pueblo, porque se han enquistado en las esferas del poder gubernamental, político y económico conformando una criminal red de corrupción e impunidad, con tal voracidad, que han acabado con casi todo el patrimonio nacional, incluidas nuestras mejores empresas que eran Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad.
          Recuerdo cuando todavía en el sexenio de López Portillo existía la Secretaría de Patrimonio Nacional que sustituyó a Bienes Nacionales que se encargaba de administrar no solo toda la riqueza de los recursos naturales, sino también a empresas como Teléfonos de México, Nacional Hotelera, etc. etc. con decirle que hasta afamados cabarets eran administrados por el gobierno. Eramos “el cuerno de la abundancia” ¿recuerda?
Pero todo ese enorme patrimonio de los mexicanos, como a todos nos consta, se lo acabaron los corruptos que han llegado al poder.
          Aparte de eso, los políticos y empresarios por su voracidad se han amafiado con la delincuencia organizada para incrementar el narcotráfico, los secuestros y extorsiones.
          La impunidad es tal que no se procede contra funcionarios y gobernantes que ha saqueado las arcas públicas y siguen tan campantes, como si nada ilegal hubiesen hecho en perjuicio de la Nación.
          Por eso mismo, no creo que las catilinarias que ha soltado el Papa Francisco vayan a ser atendidas.
          Ellos, los corruptos, son los que han acentuado intencionalmente la euforia por la visita Papal aprovechando el natural populismo de Francisco que contribuye con su carisma y la investidura divina a fortalecer el espíritu y la existencia de más de 75 millones de católicos que sufren pobreza extrema.
          Quiero precisar que una gran parte de estos infelices mexicanos, sobreviven de milagro con las raciones de alimento en la Campaña Nacional contra el Hambre.    
          Millones de personas y obviamente el Papa nos conmovimos, muchos hasta las lágrimas,  con el testimonio de los cuatro representantes de las familias mexicanas que allá en Chiapas, coincidieron ante él, que sus vidas son de puras carencias, gran dolor y mucha tristeza.
          Manuel, un jovencito incapacitado le dijo con valentía que pese a todo, “le echaba ganas a la vida” y eso le encantó al Papa que hizo suya la frase, y así lo hizo saber, para usarla en su mensaje en el que insistió e insistió en “que hay que echarle ganas” para salir adelante superando todos los problemas, sin desmayo, como lo hacen el Padre Dios y la Virgen de Guadalupe.
          Pero ya el Santo Padre está por irse y…..uffff… exhalarán aquellos que sienten presión por su presencia cuando aborde el avión que lo regresará de Ciudad Juárez a Roma el próximo jueves 17, porque en estos seis días de su estancia tuvieron que dejar de exprimir el resto del jugo que le queda a la Patria “y han dejado de ganar dinero”.
          Yo pienso que a los buenos mexicanos el Papa Francisco nos ha reconfortado, ha fortalecido nuestra existencia y el espíritu con sus sabios consejos dejándonos gratísimo recuerdo que perdurará por muchos, muchos años. Para él, nuestra gratitud infinita, pero nada más, porque aquí todo seguirá igual, “pues la maña manda”.
          Y es porque la corrupción y la impunidad en el país parece que tienen más poder que la palabra del representante de Dios en la tierra.
          Tristemente, eso creo.
          Pero como dijo el joven Manuel en Chiapas cuya frase hizo suya el Papa y yo repito: “hay que echarle ganas” y seguir pa’lante.
          Aquí, y así, nos tocó vivir…..demos gracias a Dios por protegernos.





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