El beso del diablo…
José Ángel Solorio
Martínez
El único ex
gobernador tamaulipeco que sigue operando políticamente en Tamaulipas, es
Eugenio Hernández Flores. Los restantes: Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington
Ruvalcaba y Enrique Cárdenas González, se han mantenido al margen de cualquier
contienda por la autoridad en la región.
Cavazos Lerma, optó por amurallarse en su poltrona del Senado de la república. Yarrington Ruvalcaba, anda huyendo de la justicia norteamericana y es buscado en más de 120 países por la INTERPOL, y Cárdenas González con una salud precaria producto de la edad se ha recluido en su domicilio de Ciudad Victoria.
Sólo Geño, anda en campaña.
Ha lanzado a sus alfiles, al lado de los
precandidatos que asume pueden llegar al gobierno de Tamaulipas.
Envió a Mario Ruiz Pachuca, con Alejandro
Etienne Llano.
Colocó a Ricardo Gamundi Rosas, con Marco Antonio Bernal Gutiérrez
Y está lanzando guiños, para meter
operadores con Baltasar Hinojosa Ochoa.
Hernández Flores, está en el camino incorrecto. Cierto: giró kilos y kilos de dólares a la campaña presidencial del PRI. Pero esa acción, no es suficiente como para frenar la naturaleza de un presidencialismo que se esfuerza por ampliarse y expresarse en las regiones del país.
Hernández Flores, está en el camino incorrecto. Cierto: giró kilos y kilos de dólares a la campaña presidencial del PRI. Pero esa acción, no es suficiente como para frenar la naturaleza de un presidencialismo que se esfuerza por ampliarse y expresarse en las regiones del país.
Es muy complicado que Eugenio, tenga
capacidad de maniobra en la sucesión gubernamental de Tamaulipas. No es el
momento, de su reaparición; ni es la hora, de que intente actuar como factor
protagónico en la coyuntura local.
Los más recientes señalamientos de la
justicia norteamericana generados por la información de una ex funcionaria
bancaria reynosense, parece estar en ese sentido. En los corrillos de los
jueces norteamericanos, se escurre la especie de que uno de los políticos
tamaulipecos que más dólares envió al extranjero fue el ex gobernador Hernández
Flores.
De otra forma: parecería un llamado de las
fuerzas centrales para que los actores locales se mantengan discretamente al
margen.
Más claro: la Federación, no quiere que en
la comarca se manifieste –aún, en estado larvario- un cacicazgo que es la
antítesis –y un riesgo- de cualquier tipo de presidencialismo.
En ese sentido, Eugenio en estos momentos
representa el beso del diablo.
Con su presencia y su equipo trabajando
para descarrilar la opinión presidencial en los asuntos de la sucesión
gubernamental en Tamaulipas se ubica no al lado del PRI y de su líder real, se
instala en la línea de fuego y en el espacio de conflicto en que el hace unos
meses se puso la ex dirigente de los trabajadores de la educación, Elba Esther
Gordillo.
¿Qué es lo que motiva a un político que ya
fue gobernador, y que se presume posee una fortuna de más de 10 mil millones de
pesos intente reasumir al poder?..
¿Qué lo hace regresar a enfrentar peligros y
contingencias innecesarias?..
Ciertamente: la justica mexicana, le giró
un salvoconducto. No tiene, un solo cuestionamiento por parte de los tribunales
nacionales. Aquí, es un hombre sin mancha. El asunto está en USA. El problema,
son los millones y millones que transfirió ilegalmente.
El futuro de Geño, no parece diferente al
de Yarrington.
El matamorense, cayó de la gracia de la
clase política nacional cuando se enfrentó a uno de los políticos más poderosos
e influyentes del país: Arturo Montiel. (Se comenta, que hasta a los golpes
llegó ese diferendo).
Geño, está en la ruta de la confrontación.
Insiste en mover la balanza a su favor y no en el de su partido. Presiona –a su
juicio con prudencia e inteligencia- a los factores nacionales para cogobernar
otros seis años.
Eugenio es más osado que Tomás. Éste,
encaró a un hombre que luego sería tío del Presidente; aquel, está desafiando
al Presidente.
La telenovela de Yarringon, ya sabemos como
acabó.
El melodrama de Geño, está en marcha…
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