El Fogón
José Ángel Solorio
Martínez
¿Para qué quiere la Universidad Autónoma de
Tamaulipas, dos aviones?..
¿Impactará el dispendio en los estándares de calidad de la Máxima Casa
de Estudios de Tamaulipas?..
¿Los vicios del pasado, -como lo
prometió el nuevo rector Enrique Etienne Pérez del Río- serán desterrados?..
La opacidad –uno de los máximos pecados de la administración pública en
un gobierno democrático- está de plácemes en la UAT. Vicio del pasado, vicio
del presente. Documentos públicos, mostrados en el portal de la misma
Universidad dan a conocer que la institución cuenta con 234 vehículos en tanto
en una licitación para contratar seguros exhibe que posee 747 unidades.
O sea: 513 automotores están desaparecidos.
¿Qué ocurrió?
¿Estamos ante un caso de prestidigitación, del rector Etienne?..
513, son muchos coches para que no se conozca su paradero. Una hipótesis
de trabajo: este parque vehicular está en manos de funcionarios y familiares de
funcionarios de la UAT para uso doméstico. Precisando: 212 son autos, 528
camionetas y autobuses y 7 motocicletas.
¿Quién debe investigar?..
¿Quién debe dar cuentas de este cuasi-delictivo hecho?..
Los trámites y compras en lo oscuro, no terminan ahí.
Hay más, movimientos de compra para la suspicacia.
La UAT es propietaria de dos aeronaves. No están dentro del patrimonio
oficial de la institución. Solo salen a la luz por una inferencia: la Máxima
Casa de Estudios de la entidad, contrató seguros para esos aviones: 3 millones
de dólares. El aparato es un King Air B-200 Beechkraft, con capacidad para ocho
pasajeros más el tripulante.
Otra más: la Dirección de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios, de
la Universidad especifica que el avión tiene límites geográficos de vuelo al
continente americano, excluyendo Cuba, Alaska, Hawái, Colombia y Bolivia.
¿Quién usa esas aeronaves?..
¿Quién autorizó el pago de casi 50
millones de pesos para asegurar esos suntuarios vehículos?..
¿Para qué la cobertura de vuelo tan amplia?..
¿Cuántos vuelos y para qué, se han realizado?
¿Cuál es el costo del mantenimiento de esos bienes de la comunidad
universitaria?..
Etienne Pérez del Río, tiene mucho qué explicar.
El rector, tiene un reto mayúsculo. Mayor, que el que enfrenta por la
indagación de la PGR por lavado de dinero. El desafío, es clarificar qué ha
hecho con los dineros de la Universidad. Porque en vehículos y aeronaves, andan
danzando casi 100 millones de pesos –entre compra y seguros-. Mucho dinero,
sobre todo en un escenario de crisis.
100 millones de pesos invertidos a la sombra –no se sabe para qué ni se
sabe dónde están esos recursos-, pudieron dar impulso a la calidad educativa en
la UAT. (Un profesor universitario de tiempo completo cobra 18 mil pesos
mensuales). Esa cantidad, cubriría el salario de 500 catedráticos por un año.
Una biblioteca, que sería la envidia del Noreste se equipa con 30
millones de pesos. Y muy bien podrían haber contratado a 20 Premios Nobel para
dar cátedra por dos años en el campus tamaulipeco y dar un salto cuantitativo
en la enseñanza y el aprendizaje de nuestra Máxima Casa de Estudios.
Las instancias oficiales de evaluación de la educación del país, ubican
a la UAT en el lugar 28 en el rubro de calidad. Nomás estamos arriba de
universidades tan deplorables como Chiapas y Tlaxcala.
Los Etienne, se han transformado en una de las estirpes parasitarias más
conspicuas del centro de Tamaulipas. Enrique, es Rector. Alejandro, es alcalde
de Ciudad Victoria. Pedro, es el más reputado asesor que se conozca: cobra casi
300 mil pesos mensuales con su hermano Alejandro. Benito, es el impresor
preferido del gobierno estatal y de la UAT.
Al parecer, son insaciables.
Todos ellos, presumen que Alejandro será gobernador de Tamaulipas.
Que Dios nos agarre confesados…
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