viernes, 21 de febrero de 2014

Urge: un Comisionado para Tamaulipas…

El Fogón
José Ángel Solorio Martínez

           ¿Qué variables sociopolíticas configuraron para Michoacán el envío de un Comisionado plenipotenciario como salida a la crisis en esa entidad?..
           1.- Ingobernabilidad plena. La ausencia de gobierno sobre todo en áreas tan sensibles como la impartición y administración de Justicia. El crecimiento de los índices de violencia y su extensiva expresión. Parálisis institucional: los programas sociales se detuvieron ante la crisis social extrema.
           2.- Colapso de la estructura económica. Los grandes emporios agrícolas –frutícolas- de la región se desarticularon ante la incapacidad de gobierno de proporcionar paz social indispensable para todo proyecto productivo.
           3.- Desmantelamiento del tejido político. Los partidos políticos entraron en una etapa de liquidación ante la ausencia de gobierno y ante los embates de la inseguridad. Los espacios dejados por los dirigentes partidistas fueron ocupados por voceros de los poderes fácticos. (En parte, este fenómeno abonó en mucho a la ingobernabilidad michoacana).
           4.- Desaparición de la urdimbre de organizaciones cívicas. Al igual que los partidos, las agrupaciones cívicas están en retirada. 
           5.- La precepción pública ciudadana de que es posible la justicia por propia mano.
           Tamaulipas, no es Michoacán.
           Muy cierto.
           Pero ambas entidades, tienen muchas similitudes.
           Tantas coincidencias tienen, que en Tamaulipas se está configurando entre representantes empresariales, personalidades del comercio, relevantes miembros de la clase política y grupos académicos, un Comisionado de la Federación para resolver el agudo problema de ingobernabilidad de la administración del gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú.
           En otros tiempos, esas voces provenían de sectores opositores. Hoy, salen desde lo más destacado del priismo tamaulipeco. Por una razón: temen ser arrinconados por el protagónico PAN en la próxima elección federal. Ven muy cerca, el derrumbe del dominio priísta en la región ante el desgobierno y la falta de pericia de Torre Cantú.
           Fuentes muy cercanas a la Presidencia de la República, registraron entrevistas muy intensas de grupos empresariales tamaulipecos con representantes de la Federación para demandar un gobierno de resultados.
           Tanta es la desesperación de esos capitanes de empresa –hay que decirlo: la mayoría militan en el PRI-, que incluso se manejan nombres para un urgente Comisionado del gobierno Federal para Tamaulipas: Marco Antonio Bernal Gutiérrez, Paloma Guillén Vicente y Baltasar Hinojosa Ochoa.
           La vida política de Egidio se acorta.
           En el pasado, la ingobernabilidad en las entidades se enfrentaba de una manera tajante y radical: desaparición de Poderes. Así ocurrió en 1947 cuando el alemanismo removió al portesgilismo: el gobernador Hugo Pedro González fue enviado a su casa y en su lugar vino Raúl Gárate como gobernador provisional.
           Hoy, la política hace ver ese método como un acto de autoritarismo extremo y de carencia de herramientas políticas.
           En tiempos actuales, el Poder Central retoma la estrategia de Porfirio Díaz: no remueven al gobernador, pero mandan a un Jefe Político. Así como ocurrió en Michoacán; el gobernador dejó de existir políticamente, pero el interlocutor válido con el Presidente y las instituciones federales es el Comisionado. (O lo que es lo mismo: el Jefe Político).
           Los actores político-económicos del estado, no están equivocados.
Sin gobierno no hay paz; sin gobierno, no han negocio; sin gobierno, no hay desarrollo social; sin gobierno, no hay política.
           Tres años y medio sin autoridad en Tamaulipas, es una eternidad.
           El Ayuntamiento en la entidad, se asfixia en una insoportable carencia de recursos.
           Prácticamente, no existe obra pública relevante de carácter estatal en uno solo de los 43 municipios.
           El gobernador, cada día se desprende más de la sociedad política, de los grupos económicos y de la inmensa mayoría de los tamaulipecos vulnerables.
           ¿Para que sirve en ese escenario, un gobernador como Egidio Torre Cantú?..

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