domingo, 11 de enero de 2015

Un empate con sabor a triunfo….

El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
Enero 11 2015
           La frontera, vive un teórico empate técnico. Las dos principales fuerzas político-electorales (PRI y PAN), tienen presuntamente 2 distritos cada cual a estas alturas del proceso. El albiazul, Nuevo Laredo –Distrito I- y Matamoros –Distrito IV-. El tricolor: Reynosa –Distrito II- y Río Bravo –Distrito III-.
           (Lamentablemente para el sistema de partidos en Tamaulipas, el PRD, Morena y MC son apenas núcleos ciudadanos testimoniales y no organizaciones políticas sólidas y de propuesta. A ello, hay que sumar la nula factibilidad de que ciudadanos puedan participar como candidatos independientes. Es tan complicado competir desde el exterior de la red partidista, que sólo candidatos apoyados por los gobiernos o los grupos fácticos pueden lograrlo. E ahí la contradicción del “avance”, que algunos observadores consideran se obtuvo con la inserción de los candidatos independientes).
           Los alcaldes panistas de Nuevo Laredo y Matamoros, salieron más priistas que el PRI. Construyeron una red clientelar que les garantiza mantener el control político de sus microrregiones. Son tan influyentes en sus territorios –y el PRI tan desarticulado en esos municipios-, que se avizora remoto que el albiazul pueda perder en esos sitios.
           Independientemente de los candidatos –o candidatas- panistas o priístas el resultado es previsible en el norte: Laredo y Matamoros para el PAN.
           En Reynosa el tricolor, quiere mostrarse competitivo con la candidatura de María Esther Camargo. Y seguramente la ex rectora de la Universidad Tamaulipeca es un cuadro influyente. Pero no lleva un flan como adversario, ni mucho menos el PRI cuenta –para explicarlo en términos beisboleros- con una pizarra histórica de mexicana alegría: ha perdido 4, de las 5 últimas elecciones federales.
           O sea: tiene apenas un discreto 200 de porcentaje con la majagua, en tanto el PAN presume un temible 800 de porcentaje con el tolete.
           A ello hay que sumar que el candidato azul es Ismael García Cabeza de Vaca y que su triunfo representa parte del boleto para que su hermano Francisco García Cabeza de Vaca obtenga la candidatura a la gubernatura en el 2016, el asunto se complica para la dama tricolor.
           El PRI da por hecho, que Camargo hará retroceder al PAN en ese distrito.
            La tarea, no es sencilla para la familia Luebbert.
           (El incómodo primer paso de Luebbert, será alejarse de la candidata. Su afán protagónico, le resta potencia a la campaña de Camargo. Por una razón: su paso por la alcaldía dejó más disensos que satisfacciones. Y eso puede incorporar lastre a los esfuerzos de su esposa por avanzar).
           En Río Bravo, el escenario está hirviendo. Edgar Melhem, aún se mueve. Los reacomodos de los 8 candidatos tamaulipecos del PRI aún no concluyen. Amelia Vitales, no termina por embonar con la clase política de Reynosa y menos con la de Río Bravo. Con Vitales el PRI está perdido; totalmente, derrotado.
           Sí el tricolor, pretende disputar al PAN con posibilidades el tan honorable empate en la frontera, tiene que mandar a uno de sus cuadros más potentes: Edgar Melhem. (Es lo que reflejan las encuestas del III Distrito). El pretendido soslayo del delegado de la Sedesol –y la aparición sorpresiva de Amelia- se generó ante el achicamiento de la cuota de mujeres en Tamaulipas con la irrupción de Sampayo por Matamoros y de Edras Romero por Madero.
           La mano del delegado del CEN José Parcero López, fue rápida. Incorporó a Vitales a la lista en lugar de Melhem. El riobravense, estuvo tres días en la lona.
           Pero como dijo el Mago Septién: “esto no se acaba, hasta que se acaba…”
           Los números son claros: sólo Edgar puede sacar –y sólo si cohesiona a una clase política complicada y dispersa en el distrito- la elección.
           En Camargo y Edgar está el honroso empate.
           Allá el PRI, si cambia camino por vereda…


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