Polvorín
José Ángel Solorio
Martinez
02/07/2014
Eduardo Vela Ruiz, es uno de los más
potentes empresarios del sur de Tamaulipas.
Vinculado al negocio de la
construcción, sus negocios han prosperado a la sombra gubernamental.
Socio y amigo de Tomás Yarrington y
de Eugenio Hernández Flores multiplicó su fortuna traficando con esos
compadrazgos y esas sociedades.
Presume que en el sur del estado, no
hay alcalde o diputado que no le deba favores.
Y
al parecer tiene razón: le ha metido centenares de millones de pesos a las
campañas de los candidatos a las alcaldías de Madero, Tampico y Altamira.
E igual a las campañas de los
candidatos Yarrington y Geño.
Esa ha sido su fortuna. Suele decir
a sus amigos, que a la campaña del hoy alcalde de Tampico, Gustavo Torres
Salinas le metió 60 millones de pesos.
Vela Ruiz, no es un filántropo de la
política. Ni mucho menos un empresario transparente.
Gruesos fondos, invertidos en las
campañas electorales -a juicio de una indagación en curso- proviene de grupos
de la delincuencia organizada. (De hecho, es una presunción que la sociedad
sureña da por hecho, toda vez que él mismo constructor ha hecho del
conocimiento público para presionar a sus ahijados políticos).
Hoy está en otro proyecto, dice.
Pretende impulsar a la gubernatura de Tamaulipas a uno de sus protegidos: el
alcalde jaibo, Gustavo Torres Salinas.
Para ello –comenta a sus íntimos- ha
articulado un proyecto en el cual invertirá más de mil 500 millones de pesos
para apropiarse del estado, haciendo gobernador a Torres Salinas.
Ya empezaron su precampaña.
¿Tendrán el tiempo?..
Tanto el empresario, como el
precandidato, están bajo sospecha…
EDITORIAL
DE
José
Ángel Solorio Martínez
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