Polvorín
José
Ángel Solorio Martínez
El cuñado tóxico, José Manuel Basave Benítez ha instrumentado
métodos de hacendado para conducir el equipo de futbol Correcaminos. No informa
a nadie de los ingresos y los egresos de la empresa pública, la cual se apropió
de un manotazo en la mesa; no escucha al colectivo que teóricamente es
responsable del club; y más: paga salarios estratosféricos a los jugadores para
como si fuera tienda de raya, hacerlos firmar por una cantidad y entregarles
otra.
La historia inicia con el préstamo que el equipo Atlas
hizo al Corre en la persona del arquero Miguel Pinto. El guardameta, fue
relegado del equipo atlista por el DT Tomás Boy.
Los acuerdos entre Atlas y Correcaminos, incluyeron el
pago a Pinto de 30 mil dólares mensuales de salario. De esa cantidad, el Atlas
cubriría –según comentarios en la red- la mitad: 15 mil. Y el equipo naranja el
resto: otros 15 mil dólares.
Entre los jugadores se corre un rumor: Pintos devenga
emolumentos por 60 mil dólares cada mes.
¿Y los restantes 30 mil?..
En los corrillos del pantalón corto, se sospecha que
Basave Benítez rasura los sobres de los futbolistas.
(Lo de Pinto es el ejemplo más cuantioso. Otros
deportistas bajo contrato, cobran modestos sueldos. Pero aún así, se dice en
los vestidores, la navaja les pega igual de duro que al guardameta).
Ahí es donde el fisco tiene puesta la vista.
Miles de dólares, que debieran de ser parte de la carga
tributaria de la institución deportiva van al bolsillo del ponzoñoso cuñado.
La inconformidad de los futbolistas va en ascenso.
Mucho cieno, en breve, correrá por la cancha del Marte R.
Gómez…
…tan veloz, como el Correcaminos.
…tan veloz, como el Correcaminos.
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