miércoles, 30 de agosto de 2017

Tendencias

Oscar Rafael
Contreras Nava
Es de Geño y Egidio el PRI estatal

          El nuevo dirigente estatal del PRI, Sergio Guajardo Maldonado, ganó la elección interna por su vínculo con los dos últimos ex gobernadores, Geño Hernández Flores y Egidio Torre Cantú, quienes a pesar de la derrota sufrida ante el PAN en la pasada elección estatal, aún mantienen el control de la mayoría de los consejeros priistas del estado.
          Un dato: de los 576 consejeros estatales que tiene el PRI de Tamaulipas, solo asistieron a este proceso de selección interna 450 y de esos mismos, 230 fueron del municipio de Victoria y por esta razón nadie tenía posibilidades de ganarle a Geño y a Egidio el PRI estatal. Nos informan que Reynosa siendo el territorio electoral más grande de Tamaulipas solo tiene 70 consejeros del PRI y aquí se marca una gran diferencia que fue aprovechada por los victorenses.
          Por ello, a nadie sorprende que Oscar Luebbert Gutiérrez haya salido derrotado, el reynosense sabía muy bien que corría ese riesgo, ya que la mayoría de los consejeros habían sido elegidos por los ex gobernadores de Victoria y era más que imposible ganarles, pero su participación en la competencia interna del tricolor validó el proceso, le dio legitimidad y eso el sistema político se lo tendrá que pagar más temprano que tarde.
          De tal manera que la derrota de Luebbert Gutiérrez es un triunfo que se verá recompensado posiblemente con sus dos aspiraciones inmediatas: que su mujer sea candidata al senado de la República y que él sea por tercera ocasión candidato a la presidencia municipal de Reynosa.
          Por otra parte, el caso de Alejandro Guevara Cobos es patético, en su participación dentro del proceso interno priista, demostró su falta de oficio político, porque después de enterarse que el CEN no logró imponerlo como Candidato de Unidad, prefirió rajarse como lo meros machos antes de salir derrotado.
          Sabía que en la elección de consejeros sólo obtendría cuando mucho dos votos, el Luis Enrique y el suyo, lo que demuestra que siempre ha vivido dentro de la política por el respaldo que le da el Ejército Mexicano y no porque represente una fuerte corriente política al interior del priismo tamaulipeco.
          Ahora el reto que tiene el PRI de Victoria, que es lo mismo que el de Tamaulipas, será una gran operación cicatriz para que pueda aspirar a realizar una digna campaña política en el 2018, porque de no hacerlo el priismo estatal corre el riesgo de fracturarse y en los municipios de la frontera y del sur, buscarán sus posiciones en el CEN del PRI y no en el PRI de Victoria-Tamaulipas.
          En el caso de Reynosa no se sabe quién será el que la realice la operación cicatriz, pero se descuenta que sea Pepe Elías Leal o alguno de sus colaboradores, ya que el ex alcalde les pagó muy mal a muchos luebberianos y esto fácilmente no se les olvida.
          Otro que pudiera ser un interlocutor del Grupo Victoria con los luebberianos pudiera ser el diputado Edgar Melhem Salinas, porque de alguna manera tiene cercanía y ciertos intereses que los vinculan, pero es posible que ponga en peligro su candidatura al senado, la cual tiene casi tiene en la bolsa y lo mejor que puede hacer en este momento es ni meterse a tratar de curar las heridas.
          Por otra parte, el triunfo de Guajardo Maldonado confirmó que la influencia que algún día tuvieron Manuel Cavazos Lerma y Baltazar Hinojosa Ochoa sobre los priistas de Tamaulipas ha desaparecido y esto los pone en riesgo de lograr alguna candidatura en el 2018 a menos que sean impuestos por el CEN del PRI nacional.
          Quienes se fortalecen con la llegada de Sergio Guajardo son los integrantes del Grupo Victoria, ya que mantuvieron al PRI estatal en sus manos y en el 2018 tendrán la responsabilidad de seleccionar a los próximos candidatos a las presidencias municipales y legisladores federales, pero siempre y cuando hagan bien su tarea de curar las heridas que les dejaron a los priistas que votaron por Luebbert Gutiérrez.
          De esta manera el contexto político del PRI se mantendrá igual que con Egidio pero con diferente dirigente. Lo interesante de la elección es que ahora sabemos que los diputados federales como María Esther Camargo Félix, Paloma Guillén Vicente, Moserrat Arcos, Baltazar Hinojosa Ochoa, Pedro Luis Coronado Ayarzagoitia y el senador Manuel Cavazos Lerma votaron por Lubbert.
          También apoyaron a Luebbert el presidente municipal de Matamoros, Chuchín de la Garza Díaz del Guante y Juan Diego Guajardo Anzaldúa, presidente de Río Bravo.
          Los diputados federales que lo hicieron por Guajardo fueron: Yalhil Abdalá Carmona, Edgar Melhem Salinas, Esdras Romero Vega y Miguel González Salum y el presidente municipal de Victoria, Oscar Almaraz Smer, lo hizo también.
          Por lo pronto, el primer llamado de alerta sobre una posible fractura priista en el estado, la hace Everado Villarreal Salinas, quien exige que sean los mismos reynosense quienes elijan a sus dirigentes municipales del PRI y de lograrlo de esta manera se estarían desligando de la tutela victorense.
          Con ello nos damos cuenta que de seguir presentándose esta misma exigencia por todo el estado, el PRI de Tamaulipas o el de Victoria que no es lo mismo pero es igual, se estaría atomizando y la supuesta unidad que tanto hablan los priista de Tamaulipas quedaría en duda. Ni más ni menos.
Apunte final. El arribo de María Concepción Martínez Assad a la dirección de Recursos Humano de la Secretaria de Educación de Tamaulipas, ha logrado llamar la atención de muchos victorense, porque esto confirma que el secretario Héctor Escobar Salazar es un funcionario muy débil, porque se deja que le pongan y corran a quien le manden.
          Este es un grave asunto que en la próxima colaboración abordaremos con más amplitud y detalles, ya que si Escobar Salazar ya no continúa en su cargo es posible que lo suplan cinco candidatos como son: Mario Leal Rodríguez, Eduardo del Real; Ezequiel Flores Darán Torres Arpi, Humberto Zurita Eraña y Manuel Rodrigo Rivera Cruz.
          Y es que a Escobar Salazar nadie lo ve cuando llega sus oficinas y mucho menos lo han visto que acuerde con alguien, lo cual lo pone en la mira de los funcionarios ineficientes. ¿Qué les parece?
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