sábado, 14 de enero de 2017

Polvorín

Jose Angel Solorio
Martinez

La renovación de la esperanza…

          Ni el triunfo de los Vientos de Cambio en Tamaulipas, parece haber impactado tanto en la mentalidad de los tamaulipecos, como el incendiario gasolinazo del Presidente Enrique Peña Nieto. Los resultados del 5 de junio pasado, fueron fatales para el PRI –perdió la mayoría del Congreso, de los Ayuntamientos y la gubernatura- y el PRD –los efectos todavía los están pagando: expulsiones y satanizaciones que no acaban de atemperarse-
          El gasolinazo, parece haberles flameado sus rostros.
          Al menos eso es lo que se infiere de los recientes sondeos de opinión: MORENA se trepa al primer lugar de preferencias, el PAN se consolida en segundo lugar, los independientes en un tercer lugar y el PRI en un modestísimo cuarto lugar.
          La muestra estadística fue de carácter nacional.
          Y como tal, puede extrapolarse –con sus asegunes- en nuestra región.
          Probablemente, no sea en esas dimensiones las diferencias entre unos y otros partidos.      
          E incluso, no sea ese el orden de afectos del electorado tamaulipeco con esas fuerzas políticas y sus candidatos.
          Lo cierto, es que los aumentos a la gasolina, reventaron los prestigios de los partidos que en un tiempo vehementemente aplaudieron la reforma energética y hace unos días defendieron el incremento en el precio del combustible: PRI, PAN y PRD.
          Si alguien cree, que los Vientos de Cambio socavaron al PRI en la región, debería imaginar, ponderar, los efectos del gasolinazo. Si se veía a un tricolor dolido, herido, golpeado, por el huracanado triunfo azul, hoy por los efectos de la gasolina se percibe como un ente agónico y sin fortaleza para levantarse y andar en un 2018 que le tiene destinado un deshonroso cuarto sitio.
          El gasolinazo, despojó al PRI de candidatos sólidos para las 8 diputaciones y las dos senadurías. Y le arrebató la posibilidad, de convertirse en un contrapeso serio para el panismo en Tamaulipas.
          Al mismo tiempo, liquidó los pocos liderazgos emergentes que operaban en el Congreso de la Unión: hizo trizas a los legisladores institucionales.
          (Igual al PAN en Tamaulipas. Pero este tiene la administración estatal, que no es poca cosa en un escenario de crisis).
          El terreno está propicio para la transformación.
          ¿Tomará la sociedad, los senderos del cambio?..
          ¿Habrá actores locales, que puedan reemplazar lo viejo y podrido de un régimen que se niega a irse?..
          Uno de los escasos impactos positivos del gasolinazo, -sin duda- es la renovación de la esperanza…

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