domingo, 21 de septiembre de 2014

Sala de la inmundicias humanas

El Fogón
José Angel Solorio Martinez
Sept. 20 2014

           Reynosa vive una guerra. Es un enfrentamiento, sordo, subterráneo, críptico, de soslayo. Es una conflagración sin sangre, pero con miles de apaleados. Los factores de poder, -al parecer con cierto pudor institucional- decidieron reñir debajo de la mesa. Dos ejércitos, tomaron posiciones en el secreto campo de batalla: el PRI de la Presidencia municipal y el PRI de los actores periféricos.
           El tricolor de la alcaldía, es capitaneado por el Secretario de Desarrollo Social del Ayuntamiento, Víctor Garza; el comandante del institucional alterno –realmente el oficial, el que tiene el nombramiento del dirigente estatal Rafael González Benavides- es Heberardo González.
           Se han dado, hasta con la cubeta.
            En tanto Víctor Garza (sus detractores le dicen Víctor Grasa -¿?-), cuenta con un presupuesto para desplegar en toda la ciudad una estructura para la movilización política, Heberardo apenas completa parcialmente la nómina de su Comité. Mientras el Secretario tiene bajo su mando, a más de tres mil promotores el PRI formal no llega a cien colaboradores.
            Otra: Víctor tiene el soporte por evento hasta por 64 mil pesos, en tanto González apenas le alcanza para una cafetera y un 24 de botellitas de agua.
       (A tanto ha llegado la precariedad del PRI con nombramiento, que algunos Secretarios del Comité municipal tardan hasta tres meses en recibir sus honorarios).

           Esos diferendos, afloraron en la organización del evento del Movimiento Territorial del domingo. Víctor Garza (otra parte de sus malquerientes le dicen Víctor Farsa -¿?-) tomó por su cuenta la columna vertebral de la organización del acto.
           Desplazó casi con insolencia, la presencia de Heberardo y de su equipo.
      Todo ello, quedó consignado por los ojos y las libretas de los enviados del Comité Directivo Estatal del PRI.
           ¿Tiene importancia un pleito tan menor y tan doméstico?..
           ¿Es relevante un chisme entre un sujeto cuyo apelativo se presta para la chunga y otro pelao, que lleva en su nombre más faltas de ortografía que un texto disléxico?..
           Lo anecdótico pasa al escenario de la real política, cuando se visualiza que Reynosa es el único municipio de la entidad que tiene en su geografía dos distritos electorales. Es decir: es una región, de suma importancia para todas las organizaciones políticas; especialmente, para quienes han mostrado su poderío aquí: el PAN y el PRI.
           Se tiene programado para el acto del domingo, unos 5 mil priistas. Tarea simple. La ciudad, cuenta con un caudal impresionante de potenciales asistentes: casi 300 mil necesitados veracruzanos, que visten coloridamente tanto mítines del PAN como del PRI.
           En otras palabras: llenar plazas en este ciudad, es un espejismo.
           El desastre de la red priista reynosense, es un acontecimiento que sólo se puede ver buceando las medianas y profundas aguas del tejido de poder local. La clase política aldeana, se ha hecho experta en jugar con cara de póker. En las noches, conjura y en el día pasea con sonrisa conciliadora entre caros cigarrillos y confiados comensales.
           Por décadas, se ha visto esa imagen.
           Los dos tricolores reynosenses, son apenas un indicio de lo que se espera para la elección de junio próximo.
           Ese entorno de atomización, de fragmentación y de adelantada pugna por la alcaldía es un llamado de atención para el PRI y para el PAN. Víctor Garza y Heberardo, son inocentes continuadores de una cultura política prehistórica y perniciosa. Son, jóvenes envejecidos por un hegemónico paisaje que todo lo devora y todo lo degrada.
           El domingo todo será oropel. Saludos, alegría, masas, abrazos, sonrisas, discursos, triunfalismos, foto del recuerdo.
           No es ocioso recordar: Reynosa, es la única ciudad en el mundo, que en una noche, tuvo tres alcaldes. Remembranza, que pinta de cuerpo entero a una sociedad política que se resiste a institucionalizar los caminos legítimos de la política y persiste en ejercitar la aviesa y siniestra praxis del bien propio a todo trance.
           No existe un solo grupo de poder en ese lugar, que tenga limpia su solapa de la negra medalla de la traición.
           Todos. Cual más, cual menos, tiene una vergonzosa cicatriz que lo delata.
 (O han desertado del PRI; o han abandonado al PAN o al PRD…)
           En los trepidantes años 70, un colega entrevistó a Carlos Enrique Cantú Rosas.
           De verbo enjundioso y de palabra flamígera, el dirigente opositor lanzó una frase contra un político que a su juicio había traicionado al PARM –que describe en buen parte a muchos políticos reynosenses-:
           “Ha colgado su zalea, en la sala de las inmundicias humanas…
 …ahí, donde trompean los puercos!”.

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