domingo, 10 de septiembre de 2017

El Fogon

Jose Angel
Solorio Martinez
Tres galimatías del PAN tamaulipeco…

          El Partido Acción Nacional, tiene tres paradojas a resolver en Tamaulipas. Son una tríada de activos, que por sus características intrínsecas –ahí lo contradictorio- más bien se muestran como claros pasivos para la contienda del 2018. Nuevo Laredo, Reynosa y Madero, son los sitios que en la superficie pudieran ser evaluados como bastiones blanquiazules; en el fondo, son la tercia de municipios políticamente más complicados para el panismo tamaulipeco.
         Como dijo el clásico: aunque no lo parezca.
          El alcalde nuevolaredense, Enrique Rivas Cuéllar, inició con buen fario. Se le auguraba un futuro promisorio en la política regional. Hasta que decidió romper con sus tradicionales aliados y construir su propio destino sin compañeros de viaje.
         No le salió del todo bien, la estrategia.
          Se aisló de una base social amplia que sus ex correligionarios, le habían prestado para convertirlo en alcalde en un gesto de continuidad. Dejó en el camino a factores tan importantes como Horacio Garza, Ramón Garza Barrios, Carlos Cantú Rosas y otros de menor calado pero de igual importancia. 
         Eso no fue todo.
          Decidió distanciarse de otro actor sociopolítico muy relevante en la ciudad: el Mañana de Nuevo Laredo. Compró una riña que no era de él, y optó por el camino de la fractura con los editores de ese diario. Con una estrategia deficiente, intentó arroparse en medios de menor impacto y presencia en la comunidad.
         El resultado: una evidente erosión de su capital político.
         Ahora aspira a reelegirse.
         Primer problema para el CDE del PAN.
          En Reynosa, Maky Ortiz se transformó en una Frankenstein en sólo unos meses. Su obra más trascendente en la ciudad, es la compra de 20 camiones para la basura, que adquirió con un proveedor amigo de su hijo y esposo. Su permanente tironeo con la administración estatal y los diputados reynosenses, son el principal obstáculo para su reelección.
          Pero ella insiste.
          Mantiene a un PAN reynosense dividido, y oxigena la probable candidatura de JR Gómez como medida de presión si se postula como candidato a Chuma Moreno o a cualquier otro que no sea ella. Es decir: si va por la reelección genera un conflicto interno; si no va, provoca un problema externo.
          ¿Así o más complicado?..
          Maky no se quiebra la cabeza.
          Tiene cubiertos todos los escenarios. Cobra el 14 por ciento de moche a los proveedores, con el argumento de que 10 son para la administración municipal –o sea: para su esposo- y el restante cuatro, es para el DIF municipal –o sea: para su hijo-.
          Es, dice, el bono de marcha, en caso de que el PAN le diga adiós.
En otras palabras: si resulta agraciada, intentará repetir; si no sale con boleto, se marchará con las bolsas llenas y dejará la ciudad en un caos político y administrativo.
         Es el segundo reto para el albiazul.
          En ciudad Madero, el PAN tiene en su alcalde Andrés Zorrilla, la más clara contradicción. Empezó su gobierno con grandes expectativas. Cuando sintió la presión de sus compañeros de partido, en la disputa por la alcaldía se puso nervioso. Y optó por la estrategia makyavélica: llenar las alforjas para construir puente de plata ante su inminente huida.
          Resultó bravo Zorrilla. 
          Superó a su compañera de partido, Maky: en lugar del 14 por ciento de moche, se decidió por un camino más fructífero: no pagar a sus proveedores.
          Basta recordar el video de un empresario que se hizo viral en donde denuncia la falta de pago del alcalde y de las amenazas de los socios del presidente ante sus insistencia de cobro.
          Tercer reto para el panismo regional.
          ¿Podrá el PAN de Tamaulipas, resolver galimatías tales..?

No hay comentarios: