domingo, 29 de mayo de 2016

Polvorín

El PAN, la bodega y los disensos…
José Ángel Solorio Martínez
          El candidato panista al gobierno de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca abrió muchos frentes en su casa, ciudad Reynosa, Tamaulipas. Dejó muchos lastimados, al interior del PAN y decenas de heridos al exterior del PAN.
          El vigoroso grupo político que lo llevó a la diputación federal y luego a la alcaldía en ese municipio, se fracturó por diversas razones. (La mayoría, debido a que incumple sus compromisos. Esto le genera, alianzas muy frágiles y poco duraderas).
          El caso de la bodega reventada por el Ejército mexicano, es un indicio más de los incontables adversarios azules y tricolores que se le han multiplicado al Senador con licencia.
          Una versión muy fuerte, corre por las calles de Reynosa. La denuncia de la bodega –se dice que es propiedad de Chuma Moreno, candidato a diputado local del PAN- llena de despensas y resguardada por personal armado salió de bocas panistas.
          ¿Existen panistas reynosenses que se desean la derrota de Cabeza de Vaca?..
          Sí, si existen.
          Y bastantes.
          Otra interpretación, afirma que el señalamiento vino del periódico Hora Cero, propiedad de uno de sus enemigos más contumaces y más documentados sobre la vida y los hechos de Cabeza de Vaca: Heriberto Deándar Robinson. (En un tiempo, aliado del candidato panista a la gubernatura).
          Cualquier posibilidad es trágica para el candidato azul. 
          De un tiempo acá, ha estado durmiendo con el enemigo. Más bien: con los enemigos.
          Muy poco, puede hacer un candidato que ha cosechado tantos y tan poderosos adversarios.
          El efecto mediático de las despensas, armas y dinero que podrían haberse encontrado en el inmueble del Chuma, es menor si se compara con lo que realmente refleja: la pérdida de consensos, en un sitio que debiera mostrar como el de sus mayores adhesiones.
          Desde hace tiempo, Reynosa está perdido para Cabeza.
          Esto sólo confirma lo dicho por el recordado politólogo riobravense, Adán Cantú:
          “En política, muchas veces no gana el que tiene más amigos. En política, muchas veces, gana el que tiene menos enemigos…”


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