La
peor precampaña…
…el peor candidato
…el peor candidato
José
Ángel Solorio Martínez
Nunca
antes, una campaña o precampaña, le había salido tan cara al pueblo de Ciudad
Victoria, Tamaulipas. Cifras conservadoras, establecen que el alcalde
victorense, Alejandro Etienne Llano, facturó en más de 50 millones de pesos su
sueño de ser candidato del PRI a gobernador del estado.
Movilizaciones, pago a brigadistas, manufactura de propaganda impresa y
de medios de información, fueron elementos incorporados a los egresos de la
Tesorería municipal.
Para hacer ponderaciones pertinentes, habrá que decir que el costo del
transformador quemado que mantuvo sin agua a más de 100 mil victorenses, es de
40 millones de pesos; que un plan emergente de bacheo, se realiza con 10
millones de pesos, y que los aguinaldos de todos los trabajadores del Ayuntamiento no supera los 15 millones de
pesos.
Es decir: con lo que Etienne Llano, gastó en
su precampaña bien se pudo evitar el problema del agua, pagar los aguinaldos y
hasta resolver el problema de los baches de la capital.
Desafortunadamente, la política pudo más que la obligación administrativa
del fallido precandidato.
La ambición, movió más su deseo de poder que la obligación cívica de
gobernar con eficacia e interés por sus conciudadanos.
Aún sin tener los gastos de las precampañas de los restantes
precandidatos, se puede afirmar sin una pizca de equivocación, que el
presidente municipal capitalino, fue el priista que más gastó en esta justa
partidista interna.
Por una razón: fue el único de los pretendientes de la candidatura que tuvo a la mano presupuesto público.
Por una razón: fue el único de los pretendientes de la candidatura que tuvo a la mano presupuesto público.
El resto: o fungen como diputados federales, diputados locales, o
desempleados del sistema político priista.
(Sólo en el festejo de cumpleaños en Reynosa, -asistieron casi 3 mil
acarreados- los gastos se cuantifican en algunos 5 millones de pesos:
transporte de más de 2 mil, alimentos para esa misma gente y un estímulo
económico fluctuante entre los 300 y 600 pesos).
Ahí no para el asunto.
Lo real, es que a pesar de esos gastos no logró el objetivo de
posicionarse entre la ciudadanía tamaulipeca.
Y mucho menos la victorense:
¿Acaso se puede pensar que un alcalde lleve agua su molino, dejando morir
de sed a sus representados?..
La irresponsabilidad del alcalde victorense, permanecerá en el recuerdo
del pueblo que gobierna por muchísimos años. Ni un presidente municipal, en
centurias, había logrado tanto repudio y tanto rechazo como Etienne Llano, en
unas cuantas horas.
Dejar que las Navidades de los victorenses pasaran sin el preciado
líquido es el más fatal error político que se recuerde en la historia de
Tamaulipas.
Esos indicadores, ubican la precampaña de Etienne Llano como la más onerosa y la más ineficaz del amplio grupo de priistas que quieren la candidatura.
Esos indicadores, ubican la precampaña de Etienne Llano como la más onerosa y la más ineficaz del amplio grupo de priistas que quieren la candidatura.
Los otros, realizaron movimientos creativos, incentivaron a los usuarios
de las redes sociales, construyeron discursos propositivos y presumieron de su
militancia priista. Y esto, les valió ganar adhesiones y ampliar sus consensos
entre su partido y entre su militancia.
Esos diputados federales, diputados locales y huérfanos de autoridad ya
ganaron. Su crecimiento político, -poco o mucho- ahí está.
El gran perdedor de la contienda, es el pueblo victorense: vio hacerse polvo
El gran perdedor de la contienda, es el pueblo victorense: vio hacerse polvo
50 millones de pesos y crecer sus
calamidades.
Y el gran derrotado: Alejandro Etienne Llano que ni con 50 millones de
pesos, pudo hacerse de una sonrisa
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