jueves, 16 de julio de 2015

El Fogón

La maldición de los independientes…
José Ángel Solorio Martínez
Julio14/2015
                       El triunfo del candidato independiente a la gubernatura en Nuevo León, ha generado expectativas muy sonrientes a ciertos segmentos de la clase política tamaulipeca. Ven en esa opción, un camino más para disputar espacios de autoridad, de poder público. Y tienen razón: se les ha opuesto en bandeja de plata una ruta amigable, permisiva, sencilla para convertirse en alcaldes o gobernadores.
            La ruta de los candidatos independientes, no es precisamente la que mejor puede contribuir al perfeccionamiento de nuestro sistema político. Es una alternativa ciudadana, que más bien ha sido delineada desde los espacios filosóficos, de la reflexión, y no desde la realidad sociopolítica que vivimos en las regiones del país, y específicamente los tamaulipecos.
            La postulación de independientes, son una bendición en escenarios sociales en donde el ciudadano es capaz de razonar su voto; donde las instituciones electorales son escrupulosos garantes eficaces del sufragio; donde los poderes fácticos están amarrados de las manos para que no interfieran en las decisiones de los votantes; donde todos los votos valen lo mismo; en donde el votante, puede discriminar información política falaz de la verdadera.
            En paisajes sociopolíticos en los cuales se compran votos, el elector está sujeto a la presión de los poderes fácticos, la propaganda es tan densa que confunde al votante y éste es incapaz de ubicar mensajes manipuladores de los que no lo son, donde los electores viven en ambientes de terror y en los cuales la autoridad electoral está en manos inescrupulosas, los candidatos independientes pueden erigirse en auténticos Frankestein que luego se vuelven contra el pueblo que los eligió.
            (El ejemplo más claro de ello, es Alberto Fujimori en Perú. Era este ciudadano, un modesto ingeniero agrónomo sin partido, sin capital, sin estructura. Hizo su campaña con un discurso humanista y radical en momentos. Creció ante el desprestigio de la clase política peruana que tenía en la miseria más extrema a la ciudadanía. Ganó la elección. Fue Presidente de la república. Gobernó como el mejor de los tiranos bananeros centroamericanos: soslayó al Congreso, y a la Suprema Corte y manejó a su arbitrio el tesoro de la nación. Terminó en la cárcel por su extrema corrupción y su incapacidad para gobernar).
            En ambientes bajo control de los poderes fácticos, las candidaturas independientes, abren la puerta al dinero negro y a políticos de similar contextura. El Bronco, no ganó en Nuevo León, sólo por su color ciudadano. Se convirtió en gobernador por su abierta sociedad con los poderes fácticos –empresariales y de otro tipo- y vendrá el momento de pagar los favores. ¿Alguien cree, que la clase empresarial nuevoleonesa apoyó a ese candidato sólo para acceder a mejores estándares democráticos en Nuevo León?...
            Una red de empresarios que ha basado la reproducción de su riqueza en función del dinero público y de la expoliación de los fondos de la nación, no puede incorporarse a la política sin tener la vista puesta en la caja registradora. En el régimen lopezportillista, recibieron un crédito –regalo- de 10 mil millones de pesos, que salieron de BANOBRAS, para evitar el colapso de varias empresas hoy emblemáticas de este estado. Luego, con el Presidente Zedillo gozaron del FOBAPROA, que permitió a centenares de empresas nuevoleonesas evitar la quiebra y embolsarse miles de millones de pesos.
            En Tamaulipas, en el corto plazo no se ven candidatos independientes potentes para la gubernatura. Para las alcaldías, sí. Sobre todos en pequeños municipios, en donde tradicionalmente una o dos familias –o grupos políticos- pelean el poder local.
            En una región, asiento de dos de los poderes fácticos más vigorosos en el país –Matamorenses y nuevolaredenses, se han transformado en exportadores de franquicias a Centroamérica, Sudamérica y Europa- y estratégica por su vecindad con el mercado estadounidense, es una ingenuidad suponer que los dólares fácticos estarán ausentes en la campaña del 2016.
            Oponerse a las candidaturas ciudadanas, puede parecer un gesto antidemocrático. De hecho, desde el punto de vista de la filosofía política lo es. ¿Cómo oponerse, sin caer al lado conservador, a la posibilidad de que ciudadanos independientes gobiernen?..
            No hay forma.
            Sólo que la irrupción de los independientes aquí y ahora, es un hecho aparentemente democrático.
            Falazmente democrático.
            O al menos en nuestro mundo. En el mundo, en donde el poder público ha sido totalmente permeado por el poder fáctico a grado total, que se hace complicadísima su separación.
            La presencia de los independientes en la elección del 2016, no puede ser halagüeña.
            Será el año de la legitimación definitiva, de los poderes fácticos en Tamaulipas.

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