jueves, 12 de junio de 2014

Los versos y los sonetos de Alíver

Polvorín
José  Ángel Solorio Martinez
      Escribir poesía es un acto creativo, relativamente sencillo o complicadamente relativo: es suficiente, con dejar al espíritu fluir y permitir que los sentimientos vayan tomando la palabra. Los poetas, son por ello, seres mágicos y míticos que invitan al diálogo. Nada más preciso que eso: sin diálogo no hay poesía que valga, ni poeta que se respete.
           Es esa la naturaleza de la existencia del poeta y de la poesía. Sin interlocutor, el verso es un montón de letras sin sentido y un inexistente mundo de pasiones. El poeta nace, no cuando escribe; nace y trasciende, cuando es leído, cuando se hace leer.
           Por eso me congratulo de estar aquí como mi amigo y profesor de Literatura Universal en mis años de Preparatoria, Alíver López López presentando su libro Reencuentro Versos y Sonetos de Amor. 
El Periodista: José Angel Solorio Martínez, el Dramaturgo: Medardo Treviño, el Maestro: José Aliver Lopez Lopez  y el Maestro: Dante Lopez López 

           Experto en Letras, Alíver sabe que los versos pueden ser o afiladas dagas que cincelan la desventura, o suaves soplos que sonrojan la dicha del amor.
           La poética que hoy nos muestra Alíver, lo forman versos esperanzadores. A diferencia de los poetas malditos que promovieron y disfrutaron el dolor, la frustración y la tristeza como piedras angulares de sus vidas y de sus creaciones literarias, los textos que hoy presentamos transitan sobre una fe inquebrantable en la supremacía del amor, la felicidad, el encuentro y el erotismo, sobre todas las melancolías.
           Y no podía ser de otra forma: Reencuentro Versos y Sonetos de Amor, fue escrito desde el amor o desde su cotidiana construcción.
           Erich Fromm estableció que el amor no es un objeto que deba buscarse para encontrarse. 
           Alíver lo sabe, y así lo hace notar en su poesía. 
           A mi gusto, lo más disfrutable de este libro son los sonetos.
           Al fin maestro, el autor nos da una cátedra de la ingeniería poética de ese género: catorce versos, de los cuales dos son cuartetos y tres tercetos; todos ellos, con once sílabas, o sea: verso endecasílabo.
           Habilidoso versificador en octosílabos –la mayoría de los corridos de nuestra región tienen esa métrica; hay que señalar que el maestro López es autor de varias composiciones de ese tipo- incursiona hoy en los 14 versos endecasílabos con grandes augurios y sorprendentes capacidades.
           Es ése, el más encomiable salto de calidad en la creación Literaria de Alíver: dejar atrás el popular verso octosílabo, para arriesgarse e incursionar en el complicado pero admirable mundo del soneto.
           Soneto sin rima, no es soneto.
           Similarmente: soneto sin ritmo, no es soneto.
            E igual: soneto sin cadencia, no es soneto.
            Y obvio: soneto sin métrica, no es soneto.
            La escrupulosidad del maestro López en apego a esas exigencias técnico-estéticas lo convierten en un poeta memorable, en un poeta verdad.
            Sé, que como yo, ustedes disfrutarán de la lectura de Reencuentro versos y sonetos de amor.
           Felicidades al maestro Alíver.
            Sobre todo, porque nos sigue –como en el pasado lo hizo con toda una generación de riobravenses- mostrando el amigable, reconfortante y liberador camino de las Letras.
           Muchas gracias Alíver.
           Muchas gracias a todos.

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