viernes, 25 de abril de 2014

La coordinadora Mónica…

Polvorín
José Ángel Solorio Martínez
El alcalde de Ciudad Victoria, Tamaulipas Alejandro Etienne Llano de pronto se transformó en el jefe edilicio más viajero de la comarca. Le ganó la ansiedad y la desesperación por la escasa aceptación ciudadana en su feudo, y decidió salir a buscar los consensos que sus gobernados le están regateando a otras latitudes. Visitó Nuevo Laredo y Matamoros, para reunirse con algunos actores políticos de estas ciudades.
           Está claro: anda en abierta precampaña por la gubernatura.
           La actitud, no es en sí reprobable.
           Lo cuestionable de su actividad, es que la está realizando con recursos del Ayuntamiento y con fondos del la Secretaría de Economía del gobierno de Tamaulipas. Vehículos, guaruras, choferes, gasolina, teléfonos, hospedaje y alimentación de la precampaña, salen del tesoro público.
           Aunque sea difícil de creer, Mónica González ha convocado –utilizando su cargo y su representatividad oficial- a empresarios fronterizos para que escuchen al alucinado alcalde victorense. Ambos, Mónica y Alejando, lanzan la advertencia a los invitados que ya tienen “el permiso del primer priista de Tamaulipas” para instrumentar su aventura.
           Por supuesto: eso no ha agradado del todo a los convocados que se sienten presionados y chantajeados por la pareja gubernamental.
           Los múltiples precandidatos que también tienen su corazoncito, están empezando a ver que no hay cancha pareja. Más de dos, ya informaron al líder nacional del PRI, César Camacho de la actitud de esos sectores de gobierno que en plan madrugador quieren construir un escenario ventajoso para Etienne.
           ¿No sería más provechoso que ambos, se dedicaran con más pasión –y sobre todo eficiencia- a sus respectivas responsabilidades oficiales?..
           Etienne, gobierna la ciudad más insegura del país.
           Y Mónica, sólo ha generado empleos para su familia.
           No sorprende la impericia…
           …lo que asombra es la desfachatez.

No hay comentarios: