domingo, 26 de enero de 2014

El omnipresente hermano Pedro

El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
      No hay elemento más exigente en la política, que el gobernar. Operar la maquinaria burocrática, de autoridad, que significan los gobiernos –en cualquiera de sus graduaciones- es la prueba de ácido para todo ciudadano que aspire a construirse una carrera en el arte y la ciencia de la Política. Muchos han visto colapsar sus proyectos, porque a la hora de ejercer el mando o enloquecieron, o no supieron qué hacer con esa grande responsabilidad.
          Existen miles de ejemplos.
          En el PRI, en el PRD, en el PAN.
        En Ciudad Victoria, Tamaulipas tenemos un personaje que se encamina a desbarrancarse por mano propia. La ciudadanía apenas lo apoyó para ungirlo como alcalde; su partido –el institucional- apenas lo apuntaló en su campaña (nunca ha militado en el PRI); su campaña apenas, logró emocionar al electorado; y para coronar esa defectuosa estela hay que decirlo: apenas gobierna.
          Alejandro Etienne Llano, no parece preocupado. Sale a las colonias, da balbuceantes y atropellados discursos y en cien días de gobierno ha hecho sólo una relevante y promocionada tarea: tapar baches. A ello suma, un obsceno olvido de los compromisos que firmó en su campaña.
          Hace unas semanas, 5 dirigentes religiosos –pastores- se entrevistaron con el poder tras el trono de la alcaldía: Pedro Etienne Llano. Le recordaron el compromiso del hoy Presidente municipal con sus congregaciones: crear la Dirección de Asuntos Religiosos en el Ayuntamiento victorense.
          El hermano del Presidente, les echó un rollote.
          Les explicó, el espíritu laico de las instituciones gubernamentales.
          Los líderes espirituales, volvieron a insistir en la oferta de Alejandro Etienne.
          Un tanto enfadado, Pedro, sacó de su cartera 15 mil pesos.
          Puso tres mil pesos, frente a cada uno de los pastores.
          Les dijo:
          “Es con lo que los puedo apoyar…”
          Si decir palabra, los representantes de la comunidad protestante se retiraron.
          (La náusea y la indignación, les impidieron aclarar a Pedro los apoyos morales a la candidatura de Etienne Llano durante la campaña por la alcaldía. Varios eventos de estos grupos religiosos con el entonces candidato, se realizaron con el soporte material de las mismas congregaciones).
          En la misma campaña, Etienne Llano dialogó con la Sociedad Tamaulipeca de Historia en un foro. Se comprometió a escuchar las opiniones de la ciudadanía en las acciones de lo que sería su gobierno. Otra omisión. Se lanzó una convocatoria desde el Cabildo para nombrar al Cronista de la ciudad. Se registraron varios profesionales de la Historia. Y otros con apenas la idea de recibir algún emolumento.
          La Sociedad Tamaulipeca de Historia, hizo una propuesta.
          Más que sobrada: Francisco Ramos Aguirre.
          Etienne Llano, se sacó a un improvisado de la manga.
          Y lo peor: violentó la Convocatoria emitida por su mismo Cabildo. Ni se escuchó a los aspirantes ni mucho menos explicó el porqué la responsabilidad había recaído en quien recayó. La resulta: los profesionales de la Historia han iniciado una campaña contra el autoritario acto del alcalde que en mucho, evidencia la incapacidad e insensibilidad para gobernar del Presidente victorense.
          ¿Qué está pasando con Etienne Llano?..
          ¿Le están pesando los compromisos?..
          ¿Podrá gobernar sin su omnipresente e incómodo hermano Pedro?..
           Pocos alcaldes de Tamaulipas, han dilapidado tanto capital político en tan poco tiempo.                           
          Su patrón ya debe estar inquieto; la actitud del Jefe de la comuna capitalina, está achicando su baraja.
          Pobre criatura…
          …lo hubieran dejado en su despacho jurídico.

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