El Fogón
José Ángel Solorio
Martínez
El
escenario priista de la sucesión tamaulipeca, ha sido ocupado por un solo
personaje: Alejandro Guevara Cobos. Su posición en la estructura del gobierno
federal, su trayectoria y su innegable presencia en la vida política estatal le
han hecho salir del partidero con una holgada ventaja.
Sus
adversarios, maniatados por las paralizantes reglas
de la política aldeana –decir: “no es el momento”, “no quiero porque estoy en
un cargo que demanda todo mi tiempo”, “el partido aún no lo tiene en la
agenda”, “primero la elección federal y luego la estatal”- quieren pero no
pueden anunciar, que mueren por participar.
En mucho, esa carga sobre las espaldas de la clase política
la impone el gobernador.
No porque lo desee. Simplemente, es un ingrediente que opera como “estate quieto” desde que la entidad se transformó en un territorio de instituciones. Hay una razón sociopolítica: todo actor que se presuma precandidato a suceder al Ejecutivo estatal, en el momento en que lo asuma y lo haga público, limita y erosiona la capacidad de maniobra del gobernante que pretende sustituir.
No porque lo desee. Simplemente, es un ingrediente que opera como “estate quieto” desde que la entidad se transformó en un territorio de instituciones. Hay una razón sociopolítica: todo actor que se presuma precandidato a suceder al Ejecutivo estatal, en el momento en que lo asuma y lo haga público, limita y erosiona la capacidad de maniobra del gobernante que pretende sustituir.
Cosas de nuestro sistema político.
Bajo esa premisa, los cuadros políticos vinculados a la
administración estatal en funciones están inhabilitados para articular una red
de consensos por el estado sin la venia de su tutor político.
Los políticos locales que juegan bajo
esas circunstancias son dos –hasta el momento-: Alejandro Etienne Llano y
Homero de la Garza Tamez.
Guevara Cobos, hasta hoy no tiene contrincante.
En términos cronológicos dos años y medio para la
postulación del sucesor de Egidio Torre es un largo trecho. En función de las
dinámicas políticas de una sucesión gubernamental, es un lapso reducido. No se
construye una candidatura maciza al gobierno de Tamaulipas, en dos años. E
igual: es imposible erigir un partido eficazmente competitivo, para esa
monumental tarea en menos de tres años.
Los boletos de
Etienne Llano y de la Garza Tamez, están posfechados. Y eso, en el sentido
concreto, real, es un capital sociopolítico virtual. No podrán utilizarlos,
hasta pasadas las elecciones federales; los tienen en el bolsillo, pero no los
pueden presumir y mucho menos facturar.
El escenario, pareciera iluminar al mantense.
¿Quién puede en estos momentos, anunciarse en el PRI como
adversario de Guevara Cobos?
Por el momento, nadie.
La presencia arrolladora mostrada hasta hoy, por el ex
dirigente nacional del MNJR es de claroscuros. En los momentos que vive la
entidad, más que mostrar una actitud incuestionable y poderosa al interior del
tricolor, lo pertinente es el gesto sumatorio y generador de consensos entre su
comunidad partidista. Las desventajas de las mayorías absolutas, es su
proclividad al autoritarismo y a la exclusión. La mayoría de las veces llegan a
la autocomplacencia: ¿Para qué necesito alianzas, si poseo un abrumador control
de los resortes del poder?
En las recientes visitas del Presidente Enrique Peña
Nieto, el coordinador de giras presidenciales ha dado varios traspiés.
Incorporó al presídium a dos personajes victorenses: Humberto Filizola Haces y
Álvaro Villanueva Perales. Ambos, distinguidos como detractores feroces del
gobernador Torre Cantú. Una excesiva muestra de autoridad: ¿Era necesaria tanta
rudeza, contra Egidio Torre?.. (Un gobernador, puede no ayudarte a ganar la
gubernatura… …pero sí, puede ayudar a que la
pierdas).
Otro: su
sobre exposición en los actos presidenciales.
¿Se requiere subrayar a la clase política tamaulipeca su
cercanía con el Presidente?.. Guevara Cobos
está en una situación en que debe administrar su poderío.
Dos años y medio, es un larguísimo tiempo si se desea
recorrer como precandidato.
El más peligroso enemigo de Alejandro, anda con él, no se
separa de él, actúa como él, vive con él…
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