lunes, 23 de septiembre de 2013

Las candidaturas ciudadanas

El Fogon
José Angel Solorio Martínez 
¿Qué tan saludable serán para el sistema política tamaulipeco las candidaturas independientes o ciudadanas?..
          ¿Qué tanto fortalecerán la democracia en la entidad?..
          ¿Es tan democrática la medida, como se anuncia en las iniciativas que sustentaron la Reforma?..
          Un análisis ponderado lleva a pensar –desde la región, porque la nación se mueve a otros ritmos y a otros intereses- que esa legislación es tan benéfica como perniciosa para el sistema político regional.
          Las bondades:
          1.- Generará espacios alternativos para los ciudadanos y amplios grupos de la población que no se sienten satisfechos con las trincheras electorales que se les ofrecen. Indudablemente la participación ciudadana se incrementaría con la apertura de esas brechas político-electorales. Las fronteras de atención se ampliarían y veríamos un ascenso en la presencia de electores en las urnas.
          2.- Saneará –en lo posible- el sistema de partidos en la región. Con la competencia que se desatará desde las candidaturas ciudadanas-independientes, las organizaciones políticas registradas tendrían que vigilar con mayor escrupulosidad sus métodos de selección de candidatos y dirigentes para evitar fracturas y escurrimientos al tiempo de postular aspirantes con la mayor presencia y pesos políticos en la geografía electoral en disputa. Esta dinámica impactará en el fortalecimiento de la vida democrática interna de los partidos y en la profesionalización de sus cuadros. (No es tan mecánico, pero es una posibilidad…)
          3.- Prohijará la emergencia de dirigentes ciudadanos que imprimirán ingredientes oxigenantes al sistema político tradicional tamaulipeco. No todos saldrán como para impactar positivamente en los usos y costumbres de nuestra política, pero algo cambiará si se incorpora la cosmovisión ciudadana al quehacer político del estado.
          Los perjuicios:
          1.- Pondrá al borde del colapso a la autoridad electoral. La incapacidad de la Ley para regular este fenómeno en la vida real –porque el legislador ha lanzado las candidaturas ciudadanas desde el territorio de la filosofía y del mundo teórico- llevará a enormes contradicciones y hierros; primero al Congreso del Estado, y luego al Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas:
          a) ¿Hasta cuántos candidatos ciudadanos serán legalmente permitidos, sin vulnerar los derechos de otros?
          b) ¿Cómo y hasta cuánto se financiará a los candidatos independientes sin lesionar los derechos de los partidos políticos y de sus candidatos?..
          c) ¿Qué metodología se utilizará para fiscalizar los gastos de los candidatos independientes?
          d) ¿Quién cubrirá las multas de los candidatos ciudadanos? (En el caso de los partidos sólo se les rebaja de sus participaciones. ¿En este caso?..).
          2.- Permeará dinero negro -de los poderes fácticos- al proceso electoral. El legislador, vive en un mundo de sueños. En una región, en donde tienen su asiento dos de los poderes fácticos más poderosos del mundo es una estupidez suponer que permanecerán ajenos o distantes de los procesos electorales. Las candidaturas ciudadanas, son la oportunidad para que de manera orgánica esas expresiones sociales entren a la contienda por los votos; se metan abiertamente, a la pelea por el poder político.
    3.- Achicará el sistema de partidos. Desde el poder, podrán alimentarse candidaturas independientes –se hace desde ya- para socavar las candidaturas de los partidos y favorecer al oficial.
          El parlamento, dirá que no es la naturaleza de la reforma.
          Y ciertamente. No lo es.
          Ya tendrán tiempo de lamentarse.
        Por lo pronto, preparémonos: demos la bienvenida, a otro respetable y destacado grupo de gobierno en el Tamaulipas del Siglo XXI

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