El Fogon
José Angel Solorio Martínez
¿Qué
tan saludable serán para el sistema política tamaulipeco las candidaturas
independientes o ciudadanas?..
¿Qué tanto fortalecerán la democracia
en la entidad?..
¿Es tan democrática la medida, como
se anuncia en las iniciativas que sustentaron la Reforma?..
Un análisis ponderado lleva a pensar
–desde la región, porque la nación se mueve a otros ritmos y a otros intereses-
que esa legislación es tan benéfica como perniciosa para el sistema político
regional.
Las bondades:
1.- Generará espacios alternativos
para los ciudadanos y amplios grupos de la población que no se sienten
satisfechos con las trincheras electorales que se les ofrecen. Indudablemente
la participación ciudadana se incrementaría con la apertura de esas brechas
político-electorales. Las fronteras de atención se ampliarían y veríamos un
ascenso en la presencia de electores en las urnas.
2.- Saneará –en lo posible- el
sistema de partidos en la región. Con la competencia que se desatará desde las
candidaturas ciudadanas-independientes, las organizaciones políticas
registradas tendrían que vigilar con mayor escrupulosidad sus métodos de
selección de candidatos y dirigentes para evitar fracturas y escurrimientos al
tiempo de postular aspirantes con la mayor presencia y pesos políticos en la
geografía electoral en disputa. Esta dinámica impactará en el fortalecimiento
de la vida democrática interna de los partidos y en la profesionalización de
sus cuadros. (No es tan mecánico, pero es una posibilidad…)
3.- Prohijará la emergencia de
dirigentes ciudadanos que imprimirán ingredientes oxigenantes al sistema
político tradicional tamaulipeco. No todos saldrán como para impactar
positivamente en los usos y costumbres de nuestra política, pero algo cambiará
si se incorpora la cosmovisión ciudadana al quehacer político del estado.
Los perjuicios:
1.- Pondrá al borde del colapso a la
autoridad electoral. La incapacidad de la Ley para regular este fenómeno en la
vida real –porque el legislador ha lanzado las candidaturas ciudadanas desde el
territorio de la filosofía y del mundo teórico- llevará a enormes
contradicciones y hierros; primero al Congreso del Estado, y luego al Instituto
Estatal Electoral de Tamaulipas:
a) ¿Hasta cuántos candidatos ciudadanos
serán legalmente permitidos, sin vulnerar los derechos de otros?
b) ¿Cómo y hasta cuánto se financiará
a los candidatos independientes sin lesionar los derechos de los partidos
políticos y de sus candidatos?..
c) ¿Qué metodología se utilizará para
fiscalizar los gastos de los candidatos independientes?
d) ¿Quién cubrirá las multas de los
candidatos ciudadanos? (En el caso de los partidos sólo se les rebaja de sus
participaciones. ¿En este caso?..).
2.- Permeará dinero negro -de los
poderes fácticos- al proceso electoral. El legislador, vive en un mundo de
sueños. En una región, en donde tienen su asiento dos de los poderes fácticos
más poderosos del mundo es una estupidez suponer que permanecerán ajenos o
distantes de los procesos electorales. Las candidaturas ciudadanas, son la
oportunidad para que de manera orgánica esas expresiones sociales entren a la
contienda por los votos; se metan abiertamente, a la pelea por el poder
político.
3.- Achicará el sistema de partidos.
Desde el poder, podrán alimentarse candidaturas independientes –se hace desde
ya- para socavar las candidaturas de los partidos y favorecer al oficial.
El parlamento, dirá que no es la
naturaleza de la reforma.
Y ciertamente. No lo es.
Ya tendrán tiempo de lamentarse.
Por lo
pronto, preparémonos: demos la bienvenida, a otro respetable y destacado grupo
de gobierno en el Tamaulipas del Siglo XXI
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