Es frecuente que las enfermedades que sufrimos en el pasado se olviden, al igual que su prevención para que no vuelvan a presentarse.
Algo parecido sucede con los problemas económicos. Hay quienes piensan que el equilibrio en el tipo de cambio, que ahora tenemos, es una situación normal y fácil de mantener. Falso, atrás de un tipo de cambio estable, que no quiere decir fijo, hay políticas económicas que implican orden presupuestal, monetario, reservas y límites al endeudamiento gubernamental.
Hay países petroleros como nosotros, que en la década 2001-2010, se devaluó enormemente su moneda, como es el caso de Venezuela: 515%, y si nos basamos en el mercado negro, la devaluación llegó al 1,207%. En México la devaluación acumulada en los últimos 10 años ha sido únicamente del 31%, muy diferente a la que sufrimos en las últimas décadas del siglo pasado.
En la década de los 80's, la devaluación del peso mexicano ante el dólar fue de 12,576%, lo que implicó la quiebra de muchas empresas y la pérdida del patrimonio de millones de mexicanos. En la década de los 90's, la devaluación del peso fue de 221%.
Las enormes devaluaciones en la Venezuela de Chávez y en las dos últimas décadas del siglo pasado en México, muestran que hemos avanzado en cuanto a la estabilidad cambiaria, de la que carecimos en las últimas tres décadas del siglo pasado en México y que todavía en Venezuela no la pueden lograr.
Sin embargo, hay preocupación por el retraso en aprobar reformas estructurales, que consolidarían la estabilidad cambiaria, pero que por motivos electorales y compromisos clientelares, partidos de oposición al Gobierno Federal han pospuesto durante los últimos 10 años.
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