Tiempos de Guerra
Feliciano Rangel Montoya
22/11/2013
Para muchos
la competencia los fortalece y a otros su pasado los condena, aniquila y
desaparece; así personajes de muchas ciudades de Tamaulipas han pasado a ser,
del alago al olvido.
Muchos se preguntan por ejemplo
¿porque perdió en Madero, Sergio Posadas?, si todo mundo lo conocía, y al
respuesta es sencilla, por eso perdió, porque todo mundo lo conocía, el pasado
lo condeno.
Lo mismo paso en otros puntos como
Tampico, Matamoros y Reynosa, en la contienda federal pasada; ahora el pasado
vuelve aparecer y resulta, que a revivir a los muertos es una tarea que se han
dado en Matamoros.
Quien no recuerda, el paso por la
ciudad de Matamoros de Erick Silva Santos, y el producto de su nepotismo, su
hermano gemelo Héctor Silva, y el cuñado número uno Hugo Carrillo, entre los 3
hicieron una buena tripleta, todo parecía que ahí terminaba el circulo de
poder, pero no fue así, este nombro a otro de la misma estirpe llamado
Alejandro Castro, y lo mando a cuidar los recursos de la Junta de Aguas y
Drenaje.
Alejandro solo rendía cuentas al
alcalde, su amigo Erick Silva, la autoridad del gerente en turno (Jesús de la Garza)
se la pasaba por el arco del triunfo; de ahí de las arcas de la JAD, Castro
paso de vivir modestamente como empleado de maquiladora, a vivir en una enorme
casa en la avenida principal del fraccionamiento arboledas.
Por si fuera poco, Alejandro decidía,
quien construía, quien trabajaba y quien era despedido de la JAD, era el todo
poderoso, a los contratistas (dicen que les pedía el diezmo adelantado) si
querían trabajar, al que bien le iba.
Las atrocidades eran evidentes, pero
ahí estuvo al amparo de su amigo el alcalde, ahora el pasado regresa, su
llegada como gerente administrativo de la JAD, sonó como platillo de pólvora,
sus enemigos y agraviados se suman por decenas.
La recomendación, dicen que viene
desde la dirección de gobierno, donde Castro se refugió, con su ex jefe y amigo
Erick Silva; ahora el pasado lo condena, las diferentes voces se alzan y piden
rectificar, muy seguramente no se dará, porque la simple noticia puso en enojo
a más de cien. Porque esto enoja más a la clase política matamorense, que la
misma designación de Guillermo Nieves como gerente general.
Donde el único pecado que tiene el
nuevo gerente es no conocer la ciudad, pero el beneficio de la duda, lo tiene,
después de todo ni es el último que llega de fuera y tampoco es el primero. Y
si la idea es que el gerente no tenga aspiraciones políticas, solo basta
recordar, que Enrique Siller Flores, llego de Saltillo y a la postre fue
presidente municipal.
Pero tampoco, es el primero que
llega, Baltazar Hinojosa, trajo a Marco
Solís de Reynosa, a Roberto Muñoz de Saltillo, a Jesús Ostos y Jesús Collado de
Victoria, y nadie dijo nada.
Y regresando al tema que nos ocupa, la designación de Alejandro Castro, como gerente
administrativo, no se llegó a consolidar, su pasado lo condeno y le cobro facturas
pendientes…seria así como poner al gato a cuidar las madejas
de estambre.
De aquello y lo demás…
Mire que aunque pequeña ciudad, lo
importante es lo que los liderazgos hacen y ahí en Díaz Ordaz, Jorge Longoria a
puesto la muestra de voluntad, de hacer bien las cosas.
Acciones y hechos habla por sí solos,
la feria estatal fue ejemplo de que la ciudad está de vuelta y en plena
ebullición, la agricultura y la producción de maíz palomero, es un ejemplo
mundial.
Pero lo mejor es que la tranquilidad,
está de vuelta y eso se nota en el nuevo auge de los diazordansenses.