El Fogón
José Ángel Solorio Martinez
21 de Julio/ 2014
El resultado de la estrategia contra
la inseguridad instrumentada por la Federación en Tamaulipas, tiene
claroscuros. No ha sido todo lo eficaz que debiera, ni ha fortalecido a las
instituciones procuradoras y administradoras de Justicia en la entidad. Y a más
de dos meses de puesta en marcha con trepidantes discursos demonizando a los
grupos antisociales, se ven avances raquíticos
La echada de guante a cuatro o cinco
jefes de grupos delincuenciales, apenas es un pequeño y presuntuoso logro: ese
póker o quintilla de ases, ya fueron reemplazados por esa gran baraja que es la
delincuencia organizada.
Ciertamente: las carreteras han
mejorado sus estándares de seguridad, pero la planta productiva tamaulipeca
está tronando porque algunas ciudades siguen siendo campos de batalla
Una de las grandes pifias de la
estrategia de Seguridad comandada por Miguel Ángel Osorio Chong es la parálisis
en que metió a la Procuraduría de Justicia tamaulipeca. Aduciendo las
innumerables manchas de esa dependencia, la Federación anunció su
desmantelamiento: cuasi cesó a miles de Policías Ministeriales y a la
estructura burocrática la puso bajo sospecha por su actitud –a decir de los
discursos oficiales- colaboracionista con las bandas delincuenciales.
En corto: se satanizó a la PJGT y
calificó de elementos desleales a los Ministeriales.
El golpe en la mesa dado por la
Federación para meter su larga mano en Tamaulipas, resultó tan centralista como
ineficaz: esa violencia anticonstitucional, no se veía desde aquellos días de
declinación del portesgilismo cuando el Senado en 1947 desapareció los Poderes
en la entidad.
¿Pero, qué esta pasando en la
Procuraduría tamaulipeca?..
Sencillo: fue desarticulada por el
manazo de Osorio Chong.
¿Y que ocurre cuando desaparece una
institución de esa naturaleza, en un estado de Derecho?..
Algo muy grave: la sociedad queda desprotegida.
Está a merced, de la delincuencia
común que ha arreciado su presencia en los recientes días, por la fisura en el
área de procuración de justicia del gobierno tamaulipeco.
Y ahí sí: el tutelaje de la
Procuraduría local quedó en manos del Secretario, Osorio Chong.
¿Quién perseguirá los delitos del
fuero común?..
No hay ministeriales.
¿Quién investigará delitos
patrimoniales contra los ciudadanos tamaulipecos?..
Los fiscales están bajo recelo, y
los Ministeriales no existen.
No sería ocioso decir, que los
ciudadanos más afectados por aquellos fenómenos antisociales son los grupos más
vulnerables. (A un próspero empresario le roban su auto y su abogado realiza
los trámites para que el seguro le reembolse el costo de su vehículo.
A un modesto trabajador, sólo le
queda confiar en la Ley para que localicen su coche en caso de atraco; o sea
confiar en que el fiscal y los ministeriales realicen el milagro de regresarle
su bien).
Es ese, el fondo del problema.
La fantasiosa y publicitada
estrategia contra el crimen, no está dando los resultados que se esperaban en
el tiempo que se creía. Muy probablemente, porque el Secretario Osorio Chong
visita Tamaulipas cada mes para reunirse con sus mandos operativos bajo el argumento
de evaluar la estrategia.
La centralización de la información
es otro canal obstruido por la Federación: atrapan a personajes del CO e
informan hasta cinco días después de los hechos.
Las redes sociales, han hecho ver
inoperante la estructura que sostiene la estrategia anticrimen. Apenas ocurren
los acontecimientos y la sociedad ya está enterada.
Osorio Chong, trae muchos fierros en
la lumbre.
Ha aplazado reuniones con sus
efectivos en Tamaulipas, varias ocasiones.
De esa forma, una estrategia no
puede marchar con banderas desplegadas.
En los eventos del Presidente Peña
Nieto, el Secretario Osorio Chong se mueve como precandidato.
Tiene derecho.
Es seguro que él lo sepa: cualquier
candidatura, pasa en principio por la prueba de los resultados…