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Jose Agel Solorio Martinez |
Violencias
institucionales…
Hace una semana, personal del alcalde de Río
Bravo, Tamaulipas, Diego Guajardo Anzaldúa agredió al periodista Juan Carlos
Bernal Rodríguez. Los hechos, se suscitaron en las oficinas de regidores de la
presidencia municipal.
Equivocado o no, el manejo de la información del reportero, no era
motivo para cuestionar su trabajo a golpes y amenazas.
La opinión pública conoció del acontecimiento por la denuncia que hizo
una regidora. A pesar de que la Ley obliga a los Ministerios públicos a actuar
ante cualquier hecho que vulnere los derechos de los ciudadanos y sea expuesto
por cualquier ciudadano, ningún fiscal se ha pronunciado sobre el caso.
Las redes sociales, abordaron hasta la saciedad el asunto de Bernal y
sus agresoras.
Ni el alcalde, ni los representantes de la Procuraduría de Justicia de
Tamaulipas, han dicho esta boca es mía. El periodista, se vio en la necesidad
de gestionar un certificado de salud ante una clínica oficial en donde el
personal médico dio fe de la secuela de los golpes en el físico del
comunicador.
Diego Guajardo le hace al Tío Lolo, al igual que el personal de Derechos Humanos y de la Procuraduría.
Diego Guajardo le hace al Tío Lolo, al igual que el personal de Derechos Humanos y de la Procuraduría.
Bernal, sigue con la golpiza y amenazas sin que las áreas
gubernamentales encargadas de administrar e impartir Justicia se dignen a tomar
el caso.
Hace unas horas, el artista victorense Rodrigo Nájera fue golpeado por
una funcionaria del gobierno estatal: la Directora de Comercialización de la
Secretaría de Desarrollo Rural, María del Carmen Pérez Rosas. Luego, fue
apaleado por sus guaruras. La agresión, se generó en el gimnasio a donde ambos
acuden a realizar sus rutinas.
El diferendo, se generó por un asunto baladí.
Los testigos en redes sociales, comentan que la señora inició la
agresión al considerar que el artista estaba grabándola con su celular. Lo
increpó con majaderías y tras propinarle varios golpes ordenó a su personal de
apoyo “partirle la madre”.
Los tamaulipecos, ya hemos visto correr mucha violencia frente a
nuestros ojos. Muchísima. Como para ahora, presenciar actos de violencia de
representantes gubernamentales contra periodistas y artistas que hasta donde se
sabe, se han convertido en gremios de lo más vulnerable en los tiempos
actuales.
¿Por qué no actuar en contra del personal de Guajardo Anzaldúa?..
¿Por qué no mover la maquinaria de la Justicia para proteger a los
ciudadanos de bien como Rodrigo Nájera?..
Como dicen en el Ejido Río Bravo: ¡Qué esperanzas!..
Ahora, los tamaulipecos, tenemos que estar atentos a los malosos…
…y al mismo tiempo, cuidarnos de los gobiernos!..