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Jose Angel Solorio Martinez |
Hay niveles: roba-botes y roba-dólares…
Se llama, Norberto Jesús
Gutiérrez Núñez. Trabajaba en alguna dependencia de los Vientos de Cambio en
Ciudad Victoria, Tamaulipas, México. Tripulaba una camioneta blanca con los
logotipos en el lugar donde los expertos en marketing, dicen que deben ir para
eso de cautivar a los ciudadanos.
El Tam azul, lo delató.
Los vecinos del exclusivo
fraccionamiento Campestre, no son unos taimados: tienen cámaras de vigilancia
sembradas por toda esa área urbana. De tan alta tecnología son esos
instrumentos, que alcanzaron a grabar el rostro del chofer, el copiloto y las
placas del vehículo: WN00580.
Bien ganchado, el pelao y su
compinche.
Sí.
El parecito de cacos, andaban robando
¡botes de basura!, en tan exclusivo sitio.
Ni tardos ni perezosos, los
acomodados residentes del Campestre, pusieron el video en las redes sociales
–que es peor que el paredón de fusilamiento, en los tiempos actuales- y
balconearon a los ladrones.
Resultaron ser panistas.
(El Campestre está habitado por una
mayoría priista, que se sintió ultrajada –más que los funcionarios panistas por
aquello de los Memes- y denunció al PAN como ladrón toda vez que el panismo
también generaliza con los delincuentes priistas).
Como se ve: hay niveles.
A los panistas tamaulipecos –hasta
ahora- los han encontrado con las manos en los botes de basura, en tanto a los
priistas las Cortes federales gringas, los traen de la cola por algunos miles
de millones de dólares.
Los delitos y los excesos de los
azules y los tricolores, son de dimensiones y de penas diferentes.
Hay niveles.
Al panista Gutiérrez Núñez, lo
despidieron de su jale y le aseguraron tres botes de basura que tenía en su
haber. A Tomás Yarrington, le dieron tronco en una crujía de primer mundo y
tratan de decomisarle algunos mil millones de dólares que tiene en Estados
Unidos a nombre de interpósitas personas.
El panista roba-botes, se convirtió
en trending topic, en Ciudad Victoria y ranchos aledaños. El ex gobernador
matamorense, fue noticia mundial desde Florencia, Italia –que es ni mas ni
menos, la cuna del Renacimiento- y la mass media, sigue el asunto como si fuera
una novela al estilo del Señor de los Cielos.
O sea: hay niveles.
Los botes de basura, regresaron a sus
dueños.
Todos felices y contentos en el
Campestre.
Como ciudadano común, ruego porque lo
que se robaron Eugenio Hernández Flores y familia, Tomás Yarrington y familia,
Egidio Torre y familia, regrese a los tamaulipecos.
Sí: así como los botes de basura…