Diego anda estresado…
José Ángel Solorio
Martínez
Septiembre 18/2015
Diego
Guajardo, anda estresado. Siente que la alcaldía de Río Bravo con la que sueña
para continuar con el saqueo –dejó una deuda de 11 millones de pesos, de los
cuales casi ocho, son herencia de lo que no pagó su hermano Juan Antonio-, se
le va de las manos. Lo mismo sus seguidores, a los que benefició con jugosos
salarios y compensaciones que abonaron en el detrimento de los planes de obra
pública y en el engrosamiento de lo que tiene que pagar por esos excesos el
actual y los futuros Ayuntamientos.
Diego, anda estresado. Percibe que el priismo riobravense lo ve con escepticismo por su pasado de chapulín y su actividad en mejoría de su familia y suyo propio. Igualmente, los tricolores de Río Bravo, no visualizan por ninguna parte beneficio alguno de su paso por el Congreso local. Jamás subió a tribuna y nunca de los nunca propuso alguna reforma a las Leyes en apoyo a los ciudadanos que lo eligieron.
Diego,
anda estresado. Sabe que es su último viaje. Cada vez, le alcanza menos el
lucro de sangre con el cual ha medrado durante toda su carrera política. Día a
día, se erosiona aquel ancho consenso popular que Juan Antonio tejió en
décadas. El apellido Guajardo en manos de Diego, ha perdido las cualidades que
transformaron a su fraterno en uno de los caudillos cívicos más potentes en el
norte de Tamaulipas: su valentía, su autonomía, su discurso opositor, su
congruencia, su constancia, su capacidad administradora y su carisma.
Diego, anda estresado. Sus vínculos con los poderes fácticos de la región, terminaron en diferendo. Se marchó a vivir a Estados Unidos. Al igual que su ex colega, Roberto Benet, se le dificulta reinsertarse en la sociedad riobravense. Esos elementos, serían los primeros que enfrentarían al desgastado y desarraigado Diego. Y más: ese bloque (TUCOND: Todos Unidos Contra Diego) se ampliaría mucho más con un priismo que no termina de digerir al trapecista Guajardo.
Diego, anda estresado. Sus adversarios al interior del PRI, han mostrado avances sustanciales entre la militancia y la ciudadanía. Zacarías Melhem, Verónica Serna y hasta Copitzy Hernández ya están a su altura y algunos como el primero lo han superado en población abierta.
Diego, anda estresado. Una de sus principales preocupaciones es que carece de domicilio en la ciudad. Sus residencias en Mc Allen y en Ciudad Victoria, le habían hecho abandonar –también por razones de rupturas emocionales, sentimentales- su casa en Río Bravo. Anda acelerado buscando casa. Por lo pronto, vive con sus padres.
Diego, anda estresado…
… justificadamente: tiene muchos motivos para ello.
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