jueves, 14 de julio de 2011

¿Qué reflejan las elecciones?

Luis Pazos
         Las recientes elecciones en el estado de México, Coahuila y Nayarit, tienen varias enseñanzas. La primera es que gracias a la unión de los diferentes grupos del PRI, los apoyos de todos los gobernadores y legisladores priístas y el reencuentro con sus aliados, entre ellos el poderoso sindicato de maestros, lograron un amplio triunfo.
          También las elecciones reflejan que las estrategias priístas de hacer aparecer al Gobierno Federal panista como responsable de la inseguridad y oponerse en el Congreso a reformas para crear más empleos, a la vez que culpan a los panistas por una falta de oficio político para lograr consensos, les dieron resultado.
       Esas estrategias provocaron que muchos ciudadanos de clase media, que son votantes independientes, se decepcionaran de la falta de reformas y por el incremento de la violencia en varios estados, que en parte atribuyen al Gobierno Federal panista.                         
          Y como tampoco simpatizan con el PRI ni con el PRD o no vieron viable su triunfo, no acudieron a las urnas. Esa situación favoreció enormemente al PRI, pues su voto duro, que se mantuvo prácticamente igual, representó un mayor porcentaje del total de votos emitidos.
               De un análisis superficial podemos concluir que el PRI ganó con más del 60% de los votos en el estado de México, pero según cálculos preliminares sólo votó alrededor del 43% del padrón. El PRI ganó con aproximadamente un 27% de los votos de los ciudadanos con credencial de elector en ese estado. 
         Lo sucedido en el Estado de México confirma las tesis sostenidas en el libro “¿Quién manda en México?”, donde pruebo con cifras históricas que en la medida que acude un menor porcentaje de la población a votar, avanza el PRI y retrocede el PAN.
       En la actual etapa política de México no votar por estar decepcionado de todos los partidos, con o sin razón, le engorda el caldo a un partido que históricamente ha ganado no por quienes votan por él, sino por la mayoría que no acude a las urnas.

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