lunes, 1 de agosto de 2016

Polvorín

El alcalde que sueña 
con ser juez…
José Ángel Solorio Martínez
          La desaparición de las instituciones responsables de administrar e impartir Justicia están debilitadas en todo el noreste mexicano. Los poderes fácticos, las han flagelado al punto de que pareciera han desaparecido. Por ninguna parte, se ve a los policías ministeriales o a las procuradurías desplegando actividades inherentes a su naturaleza.
          Los delitos del fuero común se han disparado –asaltos, robos domiciliarios, homicidios imprudenciales, lesiones, etc.- y no existe poder humano que actualmente puede combatirlos o aminorarlos.
         Penoso, el asunto para la autoridad. 
         Doloroso caso, para los ciudadanos.
          A eso hay que añadir, que la milicia federal llegó a la comarca desplazando a las policías locales. Los preventivos y los ministeriales, no se ven por ningún lado.
Para marinos y soldados, es incómodo ir a mediar entre un borracho y su mujer que pelean por problemas domésticos cuyo arreglo es finalmente casero y no militar. E igual: no concurren, cuando solicitan su presencia por un robo de carro o el hurto de un tanque de gas butano.
          Las visitas del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong han sido mas o menos recurrentes en la región pero para nada han sido de utilidad.
          Muy probablemente, por eso han surgido engendros sociales que se proclaman justicieros y ocupan grotescamente el vacío dejado por la irresponsabilidad del gobierno federal como el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández.
          Este espécimen, le pega al Juez, al Agente del Ministerio Público y al Magistrado de rancho.
          El caso del joven Javier Cárdenas Dávila, es una muestra de ello.
          (Se conoce que fue detenido por civiles que se dijeron policías, luego de ser herido cuando huía).
          El asunto no ha concluido. Está en manos del fiscal. 
          Dentro de poco, pasará al Juez.
          Pero el alcalde Mauricio, ya lo condenó.
          Ha declarado que el joven victorense, es una fichita; que vendía droga; que fue detenido en una operación de compra venta de estupefacientes.
          ¿Un alcalde puede hacer ese sumario juicio contra un ciudadano, que ni siquiera ha pasado por los tribunales?..
          Evidentemente, no.
          (Los padres del joven, bien podrían demandar por usurpación de funciones al delirante sujeto).
          La sociedad, debe poner un alto a esos vicios prohijados por el escenario de violencia y de ingobernabilidad que nos abofetea.
          Antes de que se propaguen, esos abominables excesos…

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