domingo, 23 de agosto de 2015

El Fogón

La mejor promoción de un alcalde…
José Ángel Solorio Martínez

            Tres precandidatos a la gubernatura de Tamaulipas, son alcaldes. Dos del PAN y uno del PRI. Leticia Salazar –de Matamoros-, Carlos Cantú Rosas –de Nuevo Laredo-, y Alejandro Etienne, de Ciudad Victoria. Los tres, han enfrentado escenarios locales muy complejos. Tan complejos, que ni uno solo ha podido moverse con prestancia sobre ellos y posicionarse como un fuerte aspirante al Ejecutivo estatal.

            Leticia Salazar, inició con un capital político pocas veces visto en una mujer tamaulipeca. Parecía inalcanzable, en su camino a la gubernatura. Joven, audaz, y con un presupuesto envidiable. 

            Hasta que se enamoró del hombre equivocado.

           Hizo todo lo que Luis Biasi le dijo. 

            Consejos buenos, y consejos malos.

            Al final, el balance fue inconveniente: fueron mayores, los consejos malos.

            Al momento, Leticia tiene una indagación de agencias policiales norteamericanas por el asesinato de cuatro chicos mexicoamericanos y es investigada por la PGR por delitos de lavado de dinero y uso de fondos de origen ilícito.

            En mucho, esos fallos llevaron a la derrota a su padre Ramiro Salazar en la contienda por la diputación federal contra un candidato tan menor como Jesús Garza del Guante.

            El joven Carlos Cantú Rosas, fue vapuleado por su propia inexperiencia: pensó que la disputa por la diputación federal era semejante a la pugna por la alcaldía, y se equivocó. Uno de sus hombres de confianza, fue apresado con varios millones de pesos destinado a las manos de los operadores panistas para hacer ganar a la candidata azul.

            Doloroso error.

            La PGR actuó con una celeridad jamás vista: le echó el guante al canturrosista y tras un interrogatorio científico, ubicaron todo el aparato logístico para la movilización de los simpatizantes albiazules.

            El resultado: a mediodía del 7 de julio, -día de la elección- estaban hechos trizas el tejido y la estrategia panista para llevar a sus correligionarios a votar. Y para las 3 de la tarde, ya el PRI tenía proyecciones de su triunfo con el voto verde de la frontera chica.

            Cantú Rosas, pagó cara su novatada. Pensó, que su entreguismo a la administración estatal, era suficiente para que el PRI soltara la elección de Nuevo Laredo. No fue así. En una elección federal, entran múltiples factores y fuerzas que le imprimen a este tipo de comicios intereses que cruzan los meridianos de lo local, lo estatal y lo federal.

            Antes, meses antes, el senador Francisco García Cabeza de Vaca hizo morder el polvo a su candidato al CDE del PAN. Ni todo el apoyo financiero que brindó a su promovido, pudo variar el resultado.

            Otra pifia.

            Ahora, midió bien el proceso de sucesión del CEN de acción nacional. Le apostó a Ricardo Anaya. Esta vez ganó. Su problema fue, que se adhirió a la propuesta de el joven maravilla, cuando el asunto estaba resuelto. Es decir: se sumó al ahora presidente del PAN cuando ya estaba ganado.

            Otra raya más, al descalabrado tigre. 

            El priista Alejandro Etienne Llano en Ciudad Victoria, encontró su mayor obstáculo. No pudo enfrentar el reto de hacer un buen gobierno en su ciudad, para catapultarse a la candidatura de su partido a la gubernatura de Tamaulipas.

            Su patético gobierno, inició con la calle 8 de 8. Fue este un proyecto al que le invirtió mucho, y no le funcionó. De entrada, se confrontó con decenas de vecinos que vieron obstaculizada la actividad comercial y el paso a sus propiedades; y luego, la tala de centenares de árboles echaron encima a los ecologistas contra el presidente municipal y su obra.

            No fue todo.

            Las lluvias de mayo conjuraron contra Etienne: derrumbaron el puente de la Colonia Moderna.    
            Desesperación de la gente que incomunicada, pedía a gritos la intervención del alcalde. No aguantó el Presidente: las insultó…… y una mujer lo abofeteó.

            Quizá, algún día lo entiendan: no hay mejor promoción de un alcalde, que un buen gobierno…

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