Jose Angel Solorio Martinez |
Lo que Chong nos dejó…
José Ángel Solorio Martínez
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario
de Gobernación del gobierno de la República, vino a Tamaulipas –al menos 5
veces-, prometió liquidar la inseguridad y la violencia en la entidad, anunció
varios planes y proyectos –hasta una Universidad policial prometió- desmanteló
la red de la policía Ministerial, desapareció la Policía Preventiva, borró a
los agentes de tránsito –todo ello por considerar que estaban coludidos con el
crimen organizado, lo raro es que jamás de los jamases alguien fue procesado por
ello- y anunció apoyos económicos para resarcir los efectos de ese ominoso fenómeno
en el tejido productivo.
Nada le salió bien.
O lo que es lo mismo: no cumplió con
uno solo de sus compromisos.
Abandonó a los tamaulipecos a su
suerte.
Sin policías ministeriales ni
policías preventivos dejó abierto un negociazo: la manutención de casi un
millar de militares, que entre viáticos, salarios, indemnizaciones, gasolina y
demás, se engullían más de 2 mil millones de pesos al año del erario local. A
esa cantidad, hay que sumar lo que los 43 alcaldes tamaulipecos, deben erogar
para que los federales realicen en sus territorios labores de vigilancia y
patrullaje.
Cada estancia de Osorio Chong en
Tamaulipas, ha sido un desastre.
(Los alcaldes ya no aguantan ese
gasto, que a todas luces resulta ineficaz, para frenar al CO.
Proporcionan comida, techo y gasolina
a los soldados rasguñando un presupuesto que debería ser dirigido a obras de
beneficio social en las comunidades).
Parte de la crisis de inseguridad que
vive Tamaulipas, es aquella fallida incursión de las ideas de Osorio Chong: la
militarización del estado, dejando el peso de los gastos a los gobiernos
estatal y municipal y sacando la mano de la región para ejecutar con acierto
sus trastupijes políticos.
A ella hay que sumar, la conducta
ahorrativa de la administración estatal que dejó de pagar a algunos grupos de
federales que desaparecieron de la faz tamaulipeca. Los grupos policiales que
vivían en el hotel de la “Y” en San Fernando, se esfumaron. Ahí tenían su
asiento algún centenar y medio de efectivos. Igual con los federales que
operaban en Matamoros y que residían en un hotel a la salida de la ciudad.
En Ciudad Victoria, los policías que viven
en el hotel de La Loma, cada vez son menos.
Los alcaldes y sus representados
quedaron inermes ante las medidas de Osorio Chong. Sin policías locales y sin
capacidad de diálogo con los militares, que sólo charlan con los alcaldes
cuando les pagan sus viáticos o cuando requieren financiamiento extra.
Los responsables del gabinete de
seguridad en la comarca, apenas conocen el estado. Y quien desconoce la
geografía, –como lo dice El Arte de la Guerra- está en desventaja ante el
enemigo. Esa es una debilidad estructural que debe ser superada inmediatamente.
Porque no es Osorio Chong, quien traerá las recetas para resolver los atávicos
problemas de los tamaulipecos.
Urge, proponer un plan integral para
combatir la inseguridad y la violencia en todos sus frentes.
Hasta ahora, sólo vemos fracasos de
la estrategia militar; hasta ahora, sólo percibimos, balbuceos en las políticas
sociales de la administración estatal; hasta ahora, únicamente hemos visto
desdichas en el bando de los ciudadanos.
He conocido a pocas familias de
Tamaulipas, que hayan salido indemnes de los golpes de la violencia.
Periodistas, ingenieros, profesores doctores, licenciados, notarios, enfermeras,
académicos, estudiantes, comerciantes, empresarios, todos, hemos sentido la
dentellada en esta década maldita, de esa hasta hoy indomable bestia.
Dicen que Osorio Chong, quiere ser
candidato a la presidencia de la República.
Desconozco sus posibilidades.
Lo que si puedo asegurar, es que me
dará mucho gusto que así sea.
Hará felices a mucho
tamaulipecos.
Presumo, que como yo, utilizarán su
voto como la más eficaz lanzadera…
…para mandar a Chong a la chinada!.
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