Polvorín
José Angel Solorio
Martínez
Sept. 04 2014
El Alcalde capitalino Alejandro Etienne Llano es lo que se dice un
hombre de mal fario. El pueblo ha descrito la naturaleza de esa facultad-muy
extraña por cierto- con refranes aleccionadores.
“Cuando no le llueve, le llovizna”
“Si manejara un circo… le crecerían los enanos”
Apenas estaba festinando su trabajo al frente de la comuna en su Primer
Informe y todo se derrumbó, El puente de la colonia Moderna se colapsó.
Una obra- que se anunció pasajera en tanto llegaba el gran puente de 50
millones- que había sido paliativo al recurrente problema de las lluvias para
esa comunidad fue destrozado por la creciente de un río que tradicionalmente
arrastra piedras y polvo.
Mala suerte.
Bien ha dicho el filósofo: Cuando el poder de la naturaleza desquicia el
entorno, mucho tiene que ver la naturaleza del poder…
Lo que se tiene que ver, en el caso del glorioso puente de la Moderna, y
en el resquebrajamiento del parque Praxedis Balboa es porque esas obras fueron
construidas con tan deficientes materiales y tan deplorables técnicas. Culpar a
la naturaleza como única causa de los desbarajustes en la ciudad es una
insensata explicación
¿Y las fianzas de las obras?
¿Y los seguros que deben manejar todas las empresas constructoras?..
El Alcalde Etienne Llano debe un recuento de los estropicios a la
sociedad victorense. Y no solo eso. Tiene la obligación de ordenar una
investigación para llamar a cuentas a
esas empresas de la construcción que han lucrado con las necesidades del pueblo
sin pudor y sin la menor pizca de recato. Amenos claro, que haga caso omiso y
se pase de facto al bando de los ventajistas.
Al
alcalde se le cayó el puente.
A
Etienne Llano, se le derrumbo el parque de beis.
Al
ex Magistrado, se le pulverizo la candidatura.
Con
esa mala pata, no seria sorprendente que un día de estos, salga- con la
seriedad y solemnidad que le caracterizan-y anuncie que se le derrumbaron los
cordones y las banquetas.
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