Maestro: Luis Pazos |
A raíz de las acusaciones del PAN al PRI sobre el uso electoral de
programas sociales y la denuncia del PRI de que el PAN también utiliza esos
programas con fines electorales y el hecho de que el PRD en el Distrito Federal
manipula los programas de ayuda a los de la tercera edad con fines electorales,
queda claro que prácticamente todos los partidos en mayor o menor grado usan
los programas de ayuda a los pobres con fines electorales.
Al ver el número de pobres inscritos en esos programas vemos que
con el pasar de los años no disminuyen, sino aumentan, lo que quiere decir que
no funcionan o se aplican con un criterio político electoral, en donde el
número de afiliados no depende de los pobres, sino de los encargados del
programa para buscar votos para su partido.
Hay solo dos caminos para estructural y permanentemente disminuir
la pobreza:
1.- Promover la inversión privada sustentable, que no dependa de
subsidios temporales, en las zonas de mayor marginalidad, atraso y pobreza.
2.-Mejor educación, que aumente el nivel de conocimiento en esas
zonas.
Paradójicamente en Chiapas, Guerrero y Oaxaca es donde están peor las
instituciones educativas básicas y donde más se necesita una mejor educación.
El programa Cruzada Nacional contra el Hambre iniciado este
sexenio, puede ayudar a que algunos coman mejor en tanto les dé el Gobierno,
pero no combate estructuralmente la pobreza. El viejo adagio chino: no des
pescado, sino enseña a pescar, que casi todos conocemos, lo pasan por alto
quienes estructuran los programas para los que menos tienen.
Parece que su
finalidad no es disminuir el número de pobres, sino contar cada día con más
pobres cautivos para las elecciones.
La solución, junto con una mejor educación, es invertir los recursos
destinados en zonas marginadas a programas sociales en infraestructura y crear
inventivos para que empresas nacionales o extranjeras inicien centros de
trabajo en esos lugares.
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