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Jose Angel Solorio Martinez |
Las enseñanzas de
doña Bárbara…
(En respuesta al
cuestionamiento del culto tampiqueño, Rodolfo Salazar)
¿Qué impactos sociales y en la
mentalidad del tamaulipeco, hubiera tenido la existencia de muchas doñas Bárbaras?..
(En referencia al personaje de la
novela –y nombre de célebre libro- del escritor y político venezolano Rómulo
Gallegos y a pregunta expresa del culto abogado tampiqueño Rodolfo Salazar).
La dama en cuestión
llevaba en su sangre la fusión de las razas: era mulata y su sensualidad era su
segunda piel. No por su condición racial, sí por su fenotipo salvaje de carne
trémula como electrizante. Tanto trasudaba esa peculiaridad, que desató la
incontrolada lujuria de toda la tripulación de un navío que terminó violándola
tras masacrar al oficial de la nave que quiso adelantarse al multitudinario
evento.
Doña Bárbara, no volvió a ser la misma
después de ese acontecimiento.
Y menos, los hombres que se
aventuraron a vivir con ella. O en su corazón, o en sus paradisiacas
propiedades.
La mujer, se tornó aviesa,
desconfiada, ambiciosa, brutal, dura e insensible. Era una mandona. El
autoritarismo, como concepto, no parece embonar en ese personaje. Fue más bien,
una dama de excesos con sus formas de autoridad.
El amor terminó redimiéndola. El amor
a su hija. Dejó todo su pasado de crueldad y de perjurios, para transformarse
en una mujer que por el amor a los demás sacrifica el suyo propio.
Plausible.
Muestra ahí, varios de los valores
fundamentales que la delinean: la bondad, la solidaridad, la honestidad, el
respeto. Y el más importante: la capacidad de renovar sus principios éticos y
morales sobre su familia y sobre su comunidad.
Hay que quedarse con la parte final de
Doña Bárbara.
¿Qué hubiera pasado si tan memorable
fémina, estuviera tras la mano de la chancla que educó a nosotros los
tamaulipecos?..
No hubieran existido tantos y tantos
Yarringtons.
Y menos, habríamos tenido que soportar a
centenares de priistas, perredistas y panistas y demás, que han optado por el
atraco tan compulsiva como alegremente.
La última etapa de doña Bárbara, nos
sigue mostrando a los tamaulipecos, que se puede ser malo y cambiar; que se
puede ser villano, y regresar a la senda de la ley y la Justicia.
Es esa la lección más atractiva y
didáctica de la Doña.
Parafraseando a don Rómulo:
-Esperemos, que Tamaulipas, vuelva a
ser Tamaulipas…
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