jueves, 20 de abril de 2017

El prometer no empobrece; el dar es lo que aniquila

Oscar Diaz Salazar
No ha Cumplido los Compromisos Contraidos
              Fueron dos empresarios, un constructor y un gasolinero, los que me platicaron las razones que tenían para apoyar al candidato a Gobernador del Partido Acción Nacional, Francisco García Cabeza de Vaca, siendo que en ocasiones anteriores invariablemente habían apoyado al del PRI.      
          Los dos empresarios de Reynosa, por separado, me dijeron que decidieron apoyar al aspirante del PAN, luego de escuchar lo que ofrecía para los reynosenses, en una de tantas reuniones que Cabeza de Vaca sostuvo con los señores del capital.
          La oferta del panista que caló hondo en la conciencia de los hombres de negocios, sujetos prácticos que hablan el lenguaje de los pesos y centavos, fue la promesa de empatar, peso a peso, el presupuesto que el gobierno municipal aplica en Reynosa, en cada año fiscal o calendario.
          La argumentación del entonces candidato iniciaba preguntando a su auditorio cuál era el presupuesto anual de Reynosa, y luego de escuchar cifras, que rondan los mil quinientos millones de pesos, el ahora gobernador ofrecía invertir otros mil quinientos millones de pesos en obras en cada año, si el voto de los electores lo llevaba a ocupar la jefatura del Poder Ejecutivo estatal
          En días pasados, y a propósito de la inseguridad que padecemos en Tamaulipas, Cabeza de Vaca se justificó diciendo que no había engañado a nadie, pues en su momento afirmó que ese problema era muy grave y que no se resolvería en el corto plazo.
          Regresando con la promesa del Gobernador de invertir lo mismo que el presupuesto municipal, y considerando que a la fecha no se ha aplicado un solo peso, el pronóstico es que va a faltar a su promesa y al final del año si habrá quien le reclame por el engaño.
          De las pocas obras que actualmente ejecuta el gobierno estatal, la más costosa es la pavimentación del estacionamiento del estadio de futbol del equipo Correcaminos, en Ciudad Victoria. Obra superflua, totalmente prescindible, que nada aporta al bienestar de los victorenses.
          Para Reynosa, ni un solo cordón de banqueta, ni una aula, ni una calle pavimentada, simplemente no hay obras, ni grandes ni pequeñas... seguimos con el jarabe de pico.

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