sábado, 25 de febrero de 2017

Parámetros

Juan Edy Pintor 
Alejandro Guevara: solo.
Febrero 24/2017
          Si a Alejandro Guevara Cobos el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, “su amigo”, le hubiera cumplido y agradecido lo que logró hacer cabildeando con las fuerzas armadas para su administración, hoy sería gobernador y, fuera el mismo Alejandro quien hubiera sido capaz de pedir un chaleco antibalas y con sus propias manos accionaría un fusil para combatir la delincuencia en Tamaulipas. Lo conocemos bien y sabemos de su empuje y ahínco.
          Pero hoy el diputado que nos ocupa se encuentra en tres y dos…
          Me explico.
          Ante la opinión pública se entiende que está sumamente interesado en el PRI estatal. Otros, ya lo hacen como delegado federal de Sedesol en Tamaulipas.
          Se supone, que el proyecto de Alejandro es ocupar la presidencia del PRI estatal; en esta supuesta atmósfera, cual fuera el resultado, se mantendría vigente y en el cuadro para aspirar y lograr la diputación local por la vía plurinominal en el 2019, y en tal eventualidad, se le haría indispensable al partido y al gobierno estatal por su experiencia legislativa, además de que sería una especie de ‘franchisse’ del PRI en Tamaulipas y mandamás en todas las designaciones y posiciones político-electorales del mismo. ‘La mera llanta’, vamos pues.
          Eso es solo una opción, pero la cuestión es que ante el inminente ola de MORENA y AMLO, saldría con muy malas cuentas y altamente desgastado y achicharrado,  al igual que la desgastada imagen de  Peña Nieto  y su devastado CEN del PRI.
          Súmele usted, a que no nos imaginamos al priismo de Oscar Almaraz o del Grupo Victoria simpatizando con un proyecto en donde Alejandro sea la bonita de la fiesta. Tampoco a las fuerzas altamente representativas de Magada Peraza en Tampico , ni mucho menos a los grupos político-empresariales más influyentes de Madero-Miramar, ni al cúmulo de votos que representan los ejidatarios del Atamira de Juvenal Hernández y Genaro de la Portilla; de la misma manera tampoco a un Oscar Luebbert en Reynosa suspirando por la candidatura  al gobierno del estado y mucho menos a los Garza Barrios y a Horacio Garza representantes de las fueza priísta en Nuevo Laredo. Es por tanto también,  impensable e inaceptable que pueda sumar a su natural rival Manuel Muñoz Cano y la corriente que ha logrado articular el presidente municipal Chuchin De la Garza, ni lo que queda de Baltazar Hinojosa en Matamoros.
          En este escenario no descartable, Alejandro en el PRI estatal como dirigente, repetiría su condición actual: andaría solo.
          Es por cuanto, que en el análisis se nos hace más congruente y lógico, que en realidad sus ojos están puestos en la delegación federal de Sedesol por ser lo que más le conviene y lo del PRI estatal, sea solo un distractor para los diferentes grupos priístas.
          Pues es ahí en donde más le convendría y construiría una base real que todavía no ha alcanzado el diputado Guevara Cobos, mantendría todo el capital político con lo que representa la Sedesol y haría un gran almacenamiento de simpatías que se podrán convertir en un determinado momento en muchos votos. Sería el Santa Claus del PRI.
          La política de cualquier partido no tiene un marco de estructura, no tiene un método ni un manual de operaciones. Todo va ‘brincando’ sobre la marcha de las carretas y todo o casi todo, es coyuntural y depende de la inteligencia para capitalizarlo a favor.
           Si no sucede lo más favorable para él, es lo de menos, al todavía diputado Alejandro Guevara le quedan tres o cinco más sexenios, para seguir aspirando y buscando la gubernatura de Tamaulipas pues, su acta de nacimiento sugiere que tiene 42 años.
          Algún día lo lograría, siempre y cuando decida no andar por la vida como anda hoy: auto saboteándose…
          …y, solo.

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