Jose Angel Solorio Martinez |
Los efectos del flamazo…
Muy pocos eventos del país, han
cambiado tanto el escenario tamaulipeco como el gasolinazo. A pesar de que sus
efectos se vieron un tanto reducidos en cuanto a movilizaciones de repudio, el hachazo
en la mentalidad de los consumidores del hidrocarburo fue de consecuencias
todavía no ponderadas con precisión.
Pero eso sí: totalmente visibles, por
el gigantesco rechazo popular.
(Tan dramático fue el vuelco en la precepción negativa del gobierno peñanietista, que el segundo sofocón se tuvo que aplazar).
(Tan dramático fue el vuelco en la precepción negativa del gobierno peñanietista, que el segundo sofocón se tuvo que aplazar).
El gasolinazo, dejó en la lona a los
principales actores políticos tamaulipecos. No hay forma –hasta ahora- de
revertir las dolorosas consecuencias de las reformas estructurales en los
bolsillos de amplios sectores de la población.
Senadores, diputados federales y
algunos dirigentes políticos –del PRI, del PRD y del PAN- que han intentado
defender los aumentos en los precios de los combustibles se han enredado y enlodado
con sus explicaciones.
Los partidos y sus líderes en
Tamaulipas se mostraron como los han sido siempre: insensibles ante las
necesidades de la sociedad, ambiciosos como siempre –intentan defender
políticas cuestionables en apego a sus proyectos personales para ascender en la
pirámide del poder- y deleznables como pocos.
Justo esas conductas de entrega a sus
futuros y a los futuros de sus protectores, los separaron de las abrumadas
masas que aún no digieren el amargo trago de los aumentos y la hipocresía de
sus representantes.
Ningún diputado del PRI se salva de
la hoguera popular.
Ni uno solo de los diputados panistas
ha librado la pira social.
Similarmente, senadores y cuadros relevantes partidistas que justificaron con palabras injustificables, el gasolinazo.
Similarmente, senadores y cuadros relevantes partidistas que justificaron con palabras injustificables, el gasolinazo.
Complicado paisaje enfrentarán, Edgar
Melhem Salinas, Alejandro Guevara Cobos, Paloma Guillén Vicente. Baltasar
Hinojosa Ochoa, Esther Camargo y otros.
Igualmente los panistas, con todo y
que podrían recibir el apuntalamiento de la administración estatal.
La única voz sensata en ese desierto,
fue la del diputado Gustavo Cárdenas Gutiérrez del Movimiento Ciudadano.
No es una desproporción, afirmar que
el gasolinazo, colapsó más de una docena de precandidaturas a las diputaciones
federales y a la senadurías en Tamaulipas. Y no se afirma, que la antipopular
política haya cancelado la postulación de tal o cual personaje tricolor o azul.
No.
Podrán ser candidatos.
Finalmente, los partidos no tienen
mucha tela de donde cortar.
El truene de las candidaturas, será
en las urnas.
En los años 80s, la frontera
tamaulipeca vivió uno de los fenómenos electorales más impresionantes: el
explosivo crecimiento del PAN, como una respuesta de las élites lastimadas por
la expropiación de los predios agropecuarios –entre otras cosas- que conformarían
el distrito de temporal San Fernando.
Obtuvo el panismo, una cosecha
memorable: de 100 o 200 votos que tradicionalmente obtenía en los distritos
fronterizos, saltó hasta lograr de 8 o 10 mil votos por región electoral con
candidatos de lo más frágil en el panorama local.
¿Quién está en posibilidad de
convertirse en el feliz cachavotos, en el panorama de desastre para las
principales fuerzas políticas tamaulipecas?..
Sin duda: MORENA y el MC.
El ganón, sin duda, será el que tenga
el más potente candidato presidencial y el que tenga más capacidad para tejer
alianzas progresistas en Tamaulipas.
Las pieles del PAN y el PRI, todavía
sufren los agobiantes efectos del flamazo que ellos mismos encendieron…
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