sábado, 25 de febrero de 2017

El Fogón

Jose Angel
Solorio Martinez
Los efectos del flamazo…

          Muy pocos eventos del país, han cambiado tanto el escenario tamaulipeco como el gasolinazo. A pesar de que sus efectos se vieron un tanto reducidos en cuanto a movilizaciones de repudio, el hachazo en la mentalidad de los consumidores del hidrocarburo fue de consecuencias todavía no ponderadas con precisión.
          Pero eso sí: totalmente visibles, por el gigantesco rechazo popular.
(Tan dramático fue el vuelco en la precepción negativa del gobierno peñanietista, que el segundo sofocón se tuvo que aplazar).
          El gasolinazo, dejó en la lona a los principales actores políticos tamaulipecos. No hay forma –hasta ahora- de revertir las dolorosas consecuencias de las reformas estructurales en los bolsillos de amplios sectores de la población.
          Senadores, diputados federales y algunos dirigentes políticos –del PRI, del PRD y del PAN- que han intentado defender los aumentos en los precios de los combustibles se han enredado y enlodado con sus explicaciones.
          Los partidos y sus líderes en Tamaulipas se mostraron como los han sido siempre: insensibles ante las necesidades de la sociedad, ambiciosos como siempre –intentan defender políticas cuestionables en apego a sus proyectos personales para ascender en la pirámide del poder- y deleznables como pocos.
          Justo esas conductas de entrega a sus futuros y a los futuros de sus protectores, los separaron de las abrumadas masas que aún no digieren el amargo trago de los aumentos y la hipocresía de sus representantes.
          Ningún diputado del PRI se salva de la hoguera popular.
          Ni uno solo de los diputados panistas ha librado la pira social.
Similarmente, senadores y cuadros relevantes partidistas que justificaron con palabras injustificables, el gasolinazo.
          Complicado paisaje enfrentarán, Edgar Melhem Salinas, Alejandro Guevara Cobos, Paloma Guillén Vicente. Baltasar Hinojosa Ochoa, Esther Camargo y otros.
          Igualmente los panistas, con todo y que podrían recibir el apuntalamiento de la administración estatal.
          La única voz sensata en ese desierto, fue la del diputado Gustavo Cárdenas Gutiérrez del Movimiento Ciudadano.
          No es una desproporción, afirmar que el gasolinazo, colapsó más de una docena de precandidaturas a las diputaciones federales y a la senadurías en Tamaulipas. Y no se afirma, que la antipopular política haya cancelado la postulación de tal o cual personaje tricolor o azul. 
          No. 
           Podrán ser candidatos. 
          Finalmente, los partidos no tienen mucha tela de donde cortar.
          El truene de las candidaturas, será en las urnas.
          En los años 80s, la frontera tamaulipeca vivió uno de los fenómenos electorales más impresionantes: el explosivo crecimiento del PAN, como una respuesta de las élites lastimadas por la expropiación de los predios agropecuarios –entre otras cosas- que conformarían el distrito de temporal San Fernando.
          Obtuvo el panismo, una cosecha memorable: de 100 o 200 votos que tradicionalmente obtenía en los distritos fronterizos, saltó hasta lograr de 8 o 10 mil votos por región electoral con candidatos de lo más frágil en el panorama local.
          ¿Quién está en posibilidad de convertirse en el feliz cachavotos, en el panorama de desastre para las principales fuerzas políticas tamaulipecas?..
          Sin duda: MORENA y el MC.
          El ganón, sin duda, será el que tenga el más potente candidato presidencial y el que tenga más capacidad para tejer alianzas progresistas en Tamaulipas.
         Las pieles del PAN y el PRI, todavía sufren los agobiantes efectos del flamazo que ellos mismos encendieron…

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