Polvorín

El parásito Moisés…

José Ángel Solorio Martínez

          El director del Instituto Reynosense de la Cultura y las Artes (IRCA), Moisés García Flores, a todas luces es el peor servidor público en Tamaulipas. Para no desentonar el fervor olímpico: diríamos que se lleva –por mucho- la medalla de oro. 

          Ni quien le dispute el pódium. 

          Es para el solito. 

          Lejos de remediar mediante el diálogo y la ecuanimidad el grave problema que enfrenta con la comunidad artística reynosense, se ha encargado de agriarlo más. No sólo rechaza que existan problemas de índole económico –y contractuales- con los artistas y creadores de esa ciudad, sino que los acusa de “parásitos y amarillistas”.

          Acusó a sus denunciantes, de ser artistas de bajo perfil –por decirlo con palabras amables- que no representan nada para la ciudad. Dijo casi, que el dinero público que se les entregaba para estimularlos era tirado a la basura.

          Por cierto: un artista me envió una patética información. Afirma que a él, Moisés García, le exigió 370 mil pesos por entregarle un cheque de origen federal para un proyecto escénico de cobertura nacional. Me aseguró que si el Ayuntamiento de Reynosa lo llama a dar su testimonio, lo haría con muchísimo gusto).

          Mala estrategia.

          Muy mala.

          Y más, cuando hace sólo unos días con la intervención de su amigo y ex socio Raúl Jiménez –funcionario en la COMAPA- pagó a precio de ganga ¡93 meses! de adeudo con esa empresa por el servicio que le presta a varios negocios suyos entre los cuales están algunos OXXOs.

          Jiménez –otra fichita de la localidad- hizo una rebaja colosal al feliz usuario que en lugar de pagar los 30 mil pesos mensuales –hay que multiplicarlos por 93- pagó una baba de perico.

          A decir de los empleados de la COMAPA, Moisés se apersonó a la dependencia preocupado por los adeudos y la inminente llegada de los panistas a esa institución. Es decir: acudió a cubrir con rebaja, para no pagar con justicia lo que le corresponde como un consumidor de a pié.

          Bajo esa maniobra, y sobre el escenario de crispación entre el funcionario y los artistas emerge una pregunta pertinente:

          ¿Quiénes son los parásitos?..