Lo que se
dice y lo que se hace
Feliciano Rangel
Montoya
24 de junio de 2016
Dicen que después
del partido es muy fácil dar un marcador acertado, diría el buen amigo Ramón
Duran (QEPD) que cuando el rio suena es que agua lleva.
O aquel pronóstico de lluvia “a
pregunta expresa: Lloverá hoy, mañana te digo” así es difícil de errar, mucho
menos cuando se conocen los abrumadores resultados.
Preguntas hay muchas, ¿Qué si
Baltazar era el mejor candidato? ¿Qué si era buen momento para el PRI? ¿Qué si
lo candidatos alcaldes tenia buena aceptación? ¿Qué si los operadores elegidos
por BHO, era los correctos? Y esas y un titipuchal de preguntas más pueden y se
digieran en los cafés de cada ciudad de Tamaulipas.
Primero y convencido estoy que Baltazar
fue en su momento la mejor carta para el priismo tamaulipeco, quizá el que le
podía hacer sombra era Alejandro Guevara Cobos, por su juventud y crecimiento;
fuera de eso ningún otro podía competir con el que fue el candidato tricolor.
Sin embargo, cuando se gana pocos
errores se ven en la batalla, pero tan interesante analizar la victoria, como
la derrota, por ejemplo, el bunker de BHO fue el más cerrado que se tenga
conocimiento de una campaña política, Toño Martínez, Oscar Luebbert y Marco
Solís, no dejaban que nadie se acercara al candidato, y de compromisos, ni
hablar, esos le tocaban al candidato y poco quiso hacer.
Ni Felipe Garza, ni Nora Domínguez,
supieron a ciencia cierta cuál sería su rol en el área de comunicación, ninguno
asumió como tal su encomienda, que al final la encabezo Guillermo Martínez. Con
todo eso el área, se veía débil, a pesar de los esfuerzos del Memo y su equipo.
Sin embargo, estos tres personajes
nunca fueron llamados al cuarto de guerra, y así como le hacemos diría la abuela.
Para expresar sus opiniones, en los municipios los enlaces aún esperan la
llamada del coordinador general, y de los encargados de la movilización, además
de que, en cada región, los factores de triunfo son totalmente diferentes uno
de otro. Pero ahora se dicen muchas cosas, las mejores es que el PRI por fin se
reestructurara, desde sus entrañas, y eso ya es un avance significativo.
De los coordinadores mejor librados y
que pasaron la prueba fueron, Homar Zamorano y Manuel Muñoz en Matamoros, Edgar
Melhem y Jaime Seguy en Rio Bravo. Daniel Sampayo en Valle Hermoso y Guadalupe
González Galván en Tampico. Ciudades que a partir del primero de octubre serán
junto a la capital Victoria, las fortificaciones priistas de Tamaulipas.
Lo hecho, hecho esta, ahora será
oposición el partido que gobernó poco más de 87 años la entidad, ahora le toca
al priismo ser una oposición responsable, genuina, y de proyectos políticos
para el estado de primer nivel, para que al estado le vaya mejor, sin importar
colores, ni credos.
De aquello y lo
demás…
Hablando
de credos y religiones, muy contentos lucían los párrocos el día 6 de junio, su
sonrisa los delataba, el voto de castigo llego, porque las leyes, como la de
“matrimonios igualitarios” calo hondo en la curia episcopal. Los señores de la
sotana se dieron golpes de pecho y en sus homilías se convirtieron en la gota
que agujeraba la piedra lentamente.
En
ninguna parroquia de las diócesis de Tamaulipas, domingo a domingo, se
mencionaba el voto responsable, el voto razonado, cuales opciones de cambio era
las mejores para la entidad, y así corrió y nadie puso atención. En el cuarto
de guerra estaban más preocupados porque no les ganaran la silla.
Soy
católico, y acudí a misa el domingo posterior a la elección, y aún seguía la sonrisa
en el rostro del párroco que oficializo la homilía, y todavía recuerdo sus
palabras, “ahora si a chambearle más duro” y después la palmada en la espalda.
Antes
de terminar, saludo con gusto a mi amigo Lupe Díaz que ayer tuve la oportunidad
de saludarlo y como siempre, después de una amena platica, siempre se aprende
del maestro. Saludos.
chanorangel@live.com.mx
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