La bendita equidad…
José Ángel Solorio Martínez
La equidad de género, metió en un brete a los partidos políticos en este
intenso 2016 en Tamaulipas. Postular obligatoriamente a 22 candidatas a
alcaldes con niveles competitivos, ha sido uno de los mayores retos de la red
partidista regional. El PRI, PAN, PRD, MORENA y Movimiento Ciudadano, las
organizaciones con mayor estructura en la entidad, no pudieron cubrir
holgadamente ese mandato jurídico con cuadros femeniles de capitales políticos
respetables.
En el PAN, acaso las candidatas de Altamira, Miguel Alemán, Matamoros y Reynosa sean las de más respetable empaque. Sus virtudes, las están ubicando como las damas panistas de potencias importantes, aunque sus posibilidades de triunfo no son tan sonrientes como sus presencias en aquellas ciudades.
Las féminas del PRD, MORENA y otros, ni se ven ni se escuchan.
Las mujeres independientes, no les alcanzó la cuota de firmas que el IETAM puso para su registro.
En el PAN, acaso las candidatas de Altamira, Miguel Alemán, Matamoros y Reynosa sean las de más respetable empaque. Sus virtudes, las están ubicando como las damas panistas de potencias importantes, aunque sus posibilidades de triunfo no son tan sonrientes como sus presencias en aquellas ciudades.
Las féminas del PRD, MORENA y otros, ni se ven ni se escuchan.
Las mujeres independientes, no les alcanzó la cuota de firmas que el IETAM puso para su registro.
A Partido Movimiento Ciudadano, apenas le
alcanzó para cubrir Ciudad Victoria y Reynosa con mujeres poderosas.
En Miguel Alemán, el tricolor postuló a Amanda Barrera. Va contra una
panista maciza. La experiencia de la priista, se va imponiendo –lleva más de 20
años en la política miguelalemanense- en tanto su adversaria apenas da sus
primeros pasos en las contiendas electorales.
Cualquier otra dama, hubiera sido aplastada
por la panista Corro.
No así con Amanda, que amarró consensos en
tanto la candidata azul, pensaba en aceptar o rechazar la
invitación del PAN.
El PRI lanzó a Griselda Dávila Beas en San
Fernando. Con una trayectoria de regidora, diputada local y diversos cargos en
su sector –CNC- desde el más modesto en su ejido hasta representar nacionalmente
a las mujeres campesinas.
Es sin duda, la política sanfernandense de
mayores vuelos.
No la tiene fácil. Enfrenta a un candidato
panista con recursos y con relevancia en el pueblo. Tiene a su favor, la
diputada con licencia, su influencia popular amplia: es en la periferia de la
ciudad la más conocida y la de más sólida trayectoria.
Es, sin duda, uno de
los activos de Baltazar Hinojosa Ochoa en las planicies tamaulipeca
cuyo centro es San Fernando.
En Villa de Casas, el tricolor también atinó
en la mujer de expectativas más ciertas: la profesora Nora Hilda de los Reyes.
Nacida en la política en los movimientos sociales de la izquierda tamaulipeca,
en los últimos años se incorporó al partido del magisterio de donde fue
invitada a participar en coalición con el PRI como candidata a
la alcaldía.
Una de las virtudes de la profesora Nora es
su militancia en proyectos educativos en Villa de Casas. Gracias a su labor,
todos los estudiantes de esa comunidad, disfrutan de becas educativas.
El PAN lanzó a un candidato competitivo en
este municipio, sobre todo por los recursos económicos que maneja. De los
Reyes, ha arreciado su campaña. El PRI y sus coaligados no se equivocaron con
la profesora. También, es la dama que mayores consensos suma al candidato a la
gubernatura Hinojosa Ochoa entre los ciudadanos de Casas.
En Altamira, el institucional, no erró con
Griselda Carrillo. Diputada local y luego titular de la Sedesol en ese
municipio, es la mujer de mayor peso político en la ciudad. El PAN, lanzó al
ruedo a una mujer sin experiencia pero con la sombra de su esposo –Juvenal
Hernández, ex alcalde priista y ahora promotor panista-, que
la apoya con todo.
A Griselda se le aclaró el escenario, con el
desmantelamiento de la estructura económica del PAN altamirense: la PGR echó el
guante a dirigentes regionales de los poderes fácticos, que apuntalaban económica
y políticamente a la panista.
En Tampico, las alianzas del PRI salvó la
equidad de género. La profesora Magda Peraza Guerra, uno de los actores
políticos más destacados del puerto en los últimos años, no parece tener
problema para aplastar al candidato panista, que aparte, fue uno de
sus alumnos menos destacados.
A pesar de los resquemores que los priistas
tienen con Peraza Guerra –es una trapecista que ha andado en el PRI, PAN y
PANAL-, no parece correr ningún riesgo frente a un PAN desarticulado y sin
estructura.
¿Y las restantes 17
candidatas priistas?..
Sufriendo una equidad que les cayó del cielo
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