El Fogón
José Angel Solorio
Martinez
Sept. 20 2014
Reynosa vive una guerra. Es un enfrentamiento, sordo, subterráneo, críptico,
de soslayo. Es una conflagración sin sangre, pero con miles de apaleados. Los
factores de poder, -al parecer con cierto pudor institucional- decidieron reñir
debajo de la mesa. Dos ejércitos, tomaron posiciones en el secreto campo de
batalla: el PRI de la Presidencia municipal y el PRI de los actores
periféricos.
El
tricolor de la alcaldía, es capitaneado por el Secretario de Desarrollo Social
del Ayuntamiento, Víctor Garza; el comandante del institucional alterno
–realmente el oficial, el que tiene el nombramiento del dirigente estatal
Rafael González Benavides- es Heberardo González.
Se
han dado, hasta con la cubeta.
En tanto
Víctor Garza (sus detractores le dicen Víctor Grasa -¿?-), cuenta con un
presupuesto para desplegar en toda la ciudad una estructura para la
movilización política, Heberardo apenas completa parcialmente la nómina de su
Comité. Mientras el Secretario tiene bajo su mando, a más de tres mil
promotores el PRI formal no llega a cien colaboradores.
Otra: Víctor
tiene el soporte por evento hasta por 64 mil pesos, en tanto González apenas le
alcanza para una cafetera y un 24 de botellitas de agua.
(A tanto ha
llegado la precariedad del PRI con nombramiento, que algunos Secretarios del
Comité municipal tardan hasta tres meses en recibir sus honorarios).
Esos diferendos,
afloraron en la organización del evento del Movimiento Territorial del domingo.
Víctor Garza (otra parte de sus malquerientes le dicen Víctor Farsa -¿?-) tomó
por su cuenta la columna vertebral de la organización del acto.
Desplazó
casi con insolencia, la presencia de Heberardo y de su equipo.
Todo ello, quedó consignado por los ojos y las libretas de los enviados del Comité Directivo Estatal del PRI.
Todo ello, quedó consignado por los ojos y las libretas de los enviados del Comité Directivo Estatal del PRI.
¿Tiene
importancia un pleito tan menor y tan doméstico?..
¿Es relevante
un chisme entre un sujeto cuyo apelativo se presta para la chunga y otro pelao,
que lleva en su nombre más faltas de ortografía que un texto disléxico?..
Lo
anecdótico pasa al escenario de la real política, cuando se visualiza que Reynosa
es el único municipio de la entidad que tiene en su geografía dos distritos
electorales. Es decir: es una región, de suma importancia para todas las
organizaciones políticas; especialmente, para quienes han mostrado su poderío
aquí: el PAN y el PRI.
Se
tiene programado para el acto del domingo, unos 5 mil priistas. Tarea simple.
La ciudad, cuenta con un caudal impresionante de potenciales asistentes: casi
300 mil necesitados veracruzanos, que visten coloridamente tanto mítines del
PAN como del PRI.
En
otras palabras: llenar plazas en este ciudad, es un espejismo.
El
desastre de la red priista reynosense, es un acontecimiento que sólo se puede
ver buceando las medianas y profundas aguas del tejido de poder local. La clase
política aldeana, se ha hecho experta en jugar con cara de póker. En las
noches, conjura y en el día pasea con sonrisa conciliadora entre caros
cigarrillos y confiados comensales.
Por
décadas, se ha visto esa imagen.
Los
dos tricolores reynosenses, son apenas un indicio de lo que se espera para la
elección de junio próximo.
Ese entorno
de atomización, de fragmentación y de adelantada pugna por la alcaldía es un
llamado de atención para el PRI y para el PAN. Víctor Garza y Heberardo, son
inocentes continuadores de una cultura política prehistórica y perniciosa. Son,
jóvenes envejecidos por un hegemónico paisaje que todo lo devora y todo lo
degrada.
El
domingo todo será oropel. Saludos, alegría, masas, abrazos, sonrisas,
discursos, triunfalismos, foto del recuerdo.
No es
ocioso recordar: Reynosa, es la única ciudad en el mundo, que en una noche,
tuvo tres alcaldes. Remembranza, que pinta de cuerpo entero a una sociedad
política que se resiste a institucionalizar los caminos legítimos de la
política y persiste en ejercitar la aviesa y siniestra praxis del bien propio a
todo trance.
No
existe un solo grupo de poder en ese lugar, que tenga limpia su solapa de la
negra medalla de la traición.
Todos. Cual
más, cual menos, tiene una vergonzosa cicatriz que lo delata.
(O han desertado del PRI; o han abandonado al PAN o al PRD…)
(O han desertado del PRI; o han abandonado al PAN o al PRD…)
En
los trepidantes años 70, un colega entrevistó a Carlos Enrique Cantú Rosas.
De
verbo enjundioso y de palabra flamígera, el dirigente opositor lanzó una frase
contra un político que a su juicio había traicionado al PARM –que describe en
buen parte a muchos políticos reynosenses-:
“Ha
colgado su zalea, en la sala de las inmundicias humanas…
…ahí, donde trompean los puercos!”.
…ahí, donde trompean los puercos!”.
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