Polvorín
José Angel Solorio
Martinez
Sept. 20/2014
El alcalde de San Fernando,
Tamaulipas, Mario de la Garza
se siente el tipo más listo de la comarca. En su primer informe de actividades,
enseñó la cobija. Dio a conocer un revelador dato: dentro del presupuesto que
le tocó administrar, 10 millones de pesos irán a apoyar a “organizaciones
civiles”.
¿Cuántas agrupaciones de beneficencia, puede tener un pueblo cuyo casco urbano apenas son diez cuadras y la mayoría –por la inseguridad y la violencia- están deshabitadas?..
Para
resumir: se conoce sólo una sociedad con tintes altruistas que opera en ese-
tristemente célebre- pueblo. Es la Cruz Roja, que del Ayuntamiento capitaneado
por el dentista De la Garza, sólo recibe algunos vales de gasolina con una
intermitencia ya típica.
¿A
dónde van entonces, esos 10 millones de pesos?..
Ahí
es donde el alcalde De la Garza, enseñó el colmillo.
Registró
a nombre de varios amigos de Monterrey, Nuevo León una media docena de
organizaciones que se presume despliegan esfuerzos para ayudar a los ciudadanos
más vulnerables y mas necesitados. O sea: el presidente sanfernandense, es
solidario consigo mismo: regala a esas instituciones fantasmas –donde ha
instalado a sus socios- 10 millones de pesos.
El
Congreso de Tamaulipas, no ve ni escucha.
10
millones de pesos son muchos. Tantos, que serían suficientes para liquidar el
problema del agua potable para el casco urbano de la ciudad.
Por el momento, es desconocido el
paradero de esos fondos.
¿Será
Mario, uno de los siete alcaldes tamaulipecos investigados por la PGR?..
Tiene
mucha tela de donde cortar…
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