jueves, 14 de noviembre de 2013

La Madre Teresa de Calcuta victorense

POLVORIN
JOSE ANGEL SOLORIO MARTINEZ

      El síndrome del candidato se ha extendido. Aún y cuando los tiempos electorales están relativamente distantes, varios políticos tamaulipecos actúan y operan con rostros y máscaras de aspirantes. 
        El más desatado: Alejandro Etienne Llano, alcalde de Ciudad Victoria, Tamaulipas.      
   Diariamente recorre colonias saludando de mano a menesterosos, lideresas de colonos, niños afectados por el dengue, ancianos que estiran la mano para recibir alguna moneda, choferes de peseras y discapacitados.
     De pronto, brotó en él -un prominente miembro de las rancias élites capitalinas- el amor por los desposeídos.
     Casi, casi: la Madre Teresa de Calcuta del PRI victorense.
       Es presidente municipal, pero tiene ínfulas de candidato a gobernador. La alcaldía, dicen sus promotores, le quedó chica. 
    Su capacidad, talento y carisma –remachan sus patrocinadores- han sido probados en la contienda donde ganó la presidencia municipal por lo cual el gobernador ya lo enlistó en el certamen para elegir a su sucesor.
          Tan sobrado anda, que cortó toda comunicación con los miembros del gabinete estatal por considerar que no tienen peso político suficiente como para hablar con él.
          Mala estrategia.
          Por hoy, a Etienne…
          …su inexperiencialo detiene.

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