Siete Días
Benito García Islas
Fecha: 2013-08-03
Reflexión:
“El Señor está cerca. Por nada estéis
afanosos, si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego”. Filipenses 4:4-9
Es muy común, escuchar algunos pastores,
decir, “yo como humano fallo…no me mire a mí…mire a Jesús, y he conocido
sacerdotes, que van más allá, cuando dicen “Yo aquí soy el cura…allá afuera soy
como cualquier persona” (valiente representante de Dios).
Quiero decirle, apreciable lector y hermano, que el tener una fe, el ser
parte de una comunidad de fe y el decir que somos seguidores de Jesús, debemos
ser algo que se nos note. No Podemos, no podemos decirle a la gente no me mire
a mí.
Porque la gente no puede ver a Jesús,
sino a través de nosotros. Recordemos, lo decía Pablo: “Sed imitadores de mí
así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Así que no podemos eludir nuestra
responsabilidad de dar buen testimonio a los demás.
Ser buenos no sólo tiene que ver con
no hacer cosas malas, ser buenos también tiene con compartir bondad con otros
con la actitud positiva anta la vida. La bondad de la seguridad. Igual que El
Señor, Pablo no exhorta a no estar afanados. Tenemos la oración.
Así de sencillo, tenemos problemas,
luchas, pruebas, ataques del enemigo, tenemos dos opciones: podemos afanarnos,
preocuparnos seriamente, sufrir anticipadamente las posibles consecuencias,
podemos incluso renegar; pero tenemos otra opción: podemos confiar en Dios y
poner todo en sus manos por medio de la oración.
Nuestros sentimientos y nuestros
pensamientos no siempre se ponen de acuerdo. En ocasiones nos sentimos
terriblemente confundidos y divididos entre la lógica y los sentimientos, pero:
La Paz de Dios es el milagro de la tranquilidad que nos da el poner todo en sus
manos.
Cuando no sepamos qué hacer, debemos
ponerlo todo en las manos de Dios y pedirle que su paz nos inunde y controle lo
que pensamos y lo que sentimos. No hay alguna en actuar por nuestra propia
decisión, ni en actuar porque los sentimientos nos controlan, es mejor buscar
“La Paz de Dios” que sobrepasa todo entendimiento.
Si estamos confundidos no actuemos,
si tenemos coraje o rencor esperemos a ser sanados. La bondad viene de Dios y
no de nuestro corazón. Recordemos que como pecadores necesitamos ser sanados
por Dios para ser buenos en todo lo que hacemos.
La bondad de una mente sana. “En esto
pensad”, dice Pablo y se refiere a: todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza.
Se
trata de una disciplina. Salud para nuestra mente. ¿Qué pensamos?, ¿En qué
entretenemos nuestros pensamientos?, ¿Qué es aquello que ocupa nuestras
neuronas?. La cosa tiene lógica, no podemos ser buenos pensando cosas malas. No
importa si lo malo que pensamos tiene que ver con otras personas, si ocupo la
mente en lo malo me contamino de esa verdad.
Dios
los bendiga…Acepta a Cristo, es bueno seguirlo…la salvación es por él
.
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