Luis Pazos
Durante los últimos diez años, el PRI ha demostrado que no ha sabido ser oposición responsable, pues se ha negado a flexibilizar la ley laboral, reducir y generalizar impuestos y abrir PEMEX a socios tecnológicos que le permitan producir más. Esas reformas son indispensables para competir por la escasa inversión internacional y compensar el menor crecimiento esperado de los EUA, hasta ahora el principal motor del crecimiento de México.
El PRI a finales del siglo pasado, después de dos sexenios de finanzas irresponsables, la economía colapsó con Miguel de la Madrid. La inflación y la devaluación llegaron a 4 dígitos: 3,310% y 2,141% respectivamente. El Presidente Salinas empezó a realizar reformas para salir del colapso, pero no pudo concretarlas totalmente, debido a que tenía que restarle todo el poder discrecional para gastar a grupos tan poderosos como el Sindicato de PEMEX, que eran, y siguen siendo, un apoyo importante en los procesos electorales para el PRI. En la primera década de este siglo esas corporaciones se volvieron indispensables para mantener gubernaturas y devolver al PRI la posibilidad de ganar las elecciones en 2012.
Aunque en el PRI hay miembros pensantes que saben perfectamente que es necesario establecer el salario por hora, reducir pasivos laborales, facilitar la contratación de jóvenes y reducir privilegios sindicales, no lo pueden hacer sin disminuir los apoyos a corporaciones y grupos que le son muy importantes en las elecciones.
El PRI, hasta ahora, ha sido incapaz de ayudar a modernizar el país. Y de ganar las elecciones presidenciales, sus compromisos con esos grupos le impedirían modernizar a México. Con el PRI, seguiríamos sin poder competir con China, la India, Brasil, y Chile, entre otros países, para atraer más inversiones que nos ayuden a crecer y crear más empleos para millones de jóvenes mexicanos.
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