Luis Pazos
Los recientes enfrentamientos de los legisladores afines a Enrique Peña Nieto, precandidato a la Presidencia por ese partido, con los senadores afines a Manlio Fabio Beltrones, también precandidato de ese partido, paralizan diversas leyes que podrían mejorar a México tanto económica como políticamente. Esos atrasos legislativos son una muestra más de que el PRI no ha sabido ser oposición responsable. Su obsesión por recuperar la Presidencia lo ha llevado a poner en último plano legislar para el bienestar de los ciudadanos.
El senador Beltrones propone modificaciones a las Leyes fiscales, pero el mismo PRI las frena. En el caso de la Reforma Laboral, después de que durante varios años la estuvieron frenando, el PRI presentó una propuesta, que al poco tiempo el mismo PRI la frenó, aunque el PAN manifestó el total apoyo a esa reforma priísta. La Ley de Seguridad Nacional para combatir más eficientemente al crimen organizado, también ha sido congelada por más de dos años por el PRI (desde el 21 de abril del 2009).
En el 2008 las reformas a la Legislación Energética también fueron mediatizadas por el PRI. Lo que no le gustaba al sindicato de PEMEX ni al grupo de empresarios que se beneficia con la Legislación actual, lo suprimió el PRI de la Reforma.
Un partido que ha demostrado durante 10 años que no tiene capacidad para ponerse de acuerdo entre ellos, que ha obstaculizado las reformas para crecer más, crear más empleos y que manipula a sus legisladores según le conviene a algún gobernador o líder priísta, sin importarles las consecuencias para el país, no promete ningún escenario mejor a los que tuvimos con ellos el siglo pasado.
Es difícil que un país avance cuando algunos partidos en lugar de jalar la carreta se dedican a echarle piedras y a pelearse entre ellos para ver quien se queda con la carreta.
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