Jose Angel Solorio Martinez |
La
ética priista…
¿Puede el PRI tamaulipeco
renovarse?..
¿Qué características debe tener el
nuevo liderazgo para los escenarios venideros?..
¿Remontará en un paisaje heredado de
lodo y cieno, la diezmada clase política priista regional?
Las culturas de la antidemocracia y
la insolencia, parecen haber permeado toda la estructura física y moral del PRI
de la comarca. Sigue sin poderse superar, las viejas prácticas y los añejos principios
que hundieron al tricolor a manos de al menos los últimos cuatro gobernadores.
Nadie me lo contó.
Yo lo vi.
Yo lo escuché.
Festinaciones y algarabías por el
triunfo del PRI en el estado de México. Ánimos desbordados, por el resultado de
la elección. El “haiga sido como haiga sido”, se metió en las venas de los
tricolores de Tamaulipas. Eso es justamente, la actitud que los dimensiona.
Distinguidos cuadros de alcurnia, hasta líderes de colonias, se enorgullecieron
del gane de su candidato que a juicio de la opinión pública utilizó las peores
mañana para derrotar a Delfina Gómez.
¿La ética política, recomienda
presumir hechos de esa contextura?..
Si no la ética, la prudencia, debería
normar la vida militante del PRI en todas las latitudes en donde existe.
Pero no.
Los traicionó su naturaleza.
Le brotó esa
argamasa de pus y miasmas, que le ha hecho caer como nunca en las preferencias
de los ciudadanos. (Algunos sondeos ubican al PRI en estos momentos en un
decoroso tercer lugar y a su candidato más fuerte –Miguel Ángel Osorio Chong-
en un desastroso cuarto lugar con apenas un 5 por ciento de preferencias
ciudadanas).
Ese fenómeno, se aclara aún más, cuando
dos de los principales candidatos a presidir el Comité Directivo Estatal del
institucional, son oxidados artefactos vinculados a lo más oscuro de la clase
política priista tamaulipeca: Oscar Luebbert Gutiérrez y Sergio Guajardo
Maldonado.
Luebbert, pieza destacada del grupo
político encabezado por Tomás Yarrington, y citado en varias averiguaciones
judiciales en las cortes de Texas y quien se apropió de manera ventajosa del
equipo de beisbol Broncos de Reynosa, sólo puede moverse dentro de las venas
del PRI por aquella ética y por aquella moral en donde se perdona todo con el
objetivo de triunfar “haiga sido como haiga sido”.
Guajardo Maldonado, siempre fue un
burócrata del montón. Tan de segunda fila es, que recurrió al apoyo del ex gobernador
Egidio Torre Cantú para potenciar sus posibilidades y vencer a Luebbert.
¿Los liderazgos de Luebbert y
Guajardo, son viables en un escenario de alta competencia en el 2018
tamaulipeco?..
Es obvio que si llegan al CDE no
aparecerán en las boletas. Eso está visto. Lo que inevitablemente emergerá, son
sus nexos con la podredumbre a la que sirvieron en tiempos pasados.
Cada día, son menos los buenos en el
PRI de Tamaulipas.
Por eso se ve distante que puedan recuperar
espacios perdidos en la entidad, en el corto plazo. No se puede convocar, al
ejercicio de una ética militante renovada, desde la moral de dirigencias que
operan bajo un avieso apotegma –como decía el Alazán Tostado, Gonzalo N.
Santos-:
“La moral, es un árbol que da moras…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario