sábado, 28 de enero de 2017

El Fogón

Jose Angel Solorio
Martinez
La crisis de Trabajo Social y Psicología…

          La Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (UATSCDH) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, pasa por una de la más profunda crisis que la historia recuerde en una escuela la Máxima Casa de estudios del estado. Ni siquiera el problema que vivió la escuela de Derecho en Ciudad Victoria, hace unos meses, se equipara con los conflictos que hoy se desarrollan en el campus capitalino de nuestra Universidad.
          El Grupo Azul –una de las más perniciosas pandillas universitarias: están más que documentados sus excesos, tanto financieros como de carácter frívolo con chicas y chicos estudiantes-, mantiene prácticamente secuestrado el edificio de la escuela e insiste en instrumentar actos de provocación para generar ingobernabilidad al interior de la Universidad.
          Capitaneado por el ex catedrático Gonzalo Hernández Flores, se resiste a dejar los privilegios que por décadas disfrutó: lucro con las cuotas escolares, tráfico de canonjías académicas y usufructo de jovencitas y jovencitos a los cuales incorporó a su grupo mediante la entrega de dinero y de pantagruélicas fiestas en paradisíacos lugares turísticos en donde nunca faltó el alcohol y otros excesos.
          ¿Por qué el Grupo Azul, es un obstáculo para la UATSCDH?..
          1.- Sus métodos de control y de cohesión, son en función de la prebenda académica y económica.
          2.- Carece de una propuesta académica. No le interesa elevar la calidad de la educación ni en el plano estudiantil ni en el plano de la Academia y menos en el de la Investigación y de la Extensión. 
          En otras palabras: se asemeja más bien a una banda porril de los años 70 y no a una corriente universitaria de propuestas progresistas.
          3,- No aporta nada sustancial, al debate universitario. 
          Su discurso es tan hueco que su principal instrumento es el insulto y la provocación. (Hace unos días, se presentó un centenar de jóvenes gonzalistas la Escuela Normal Superior en donde toman clases los alumnos que en una actitud sensata, dejaron su sede oficial para no chocar con los azules que tienen tomado el inmueble, y reventaron en forma agresiva una reunión informativa de padres de familia. Estuvo a un tris de terminar violentamente).
          4.- Por décadas, transformó desde que la Unidad era Facultad de Trabajo Social en una escuela cuasi privada al incrementar las cuotas estratosféricamente.
          Los aspirantes a ingresar a la institución, por el curso propedéutico debían pagar aproximadamente mil 500 pesos. Aplicaban un número que fluctuaba entre mil y dos mil jóvenes.
          A nadie dieron nunca, una explicación del destino de esos fondos.
          Esa malversación, dio pie a la salida del gonzalista Amparo Vargas medida que Gonzalo intentó paliar supliéndolo con la esposa del Director defenestrado. Uno de los motivos y fuente de la crisis actual.
          Los gonzalistas se ven desesperados. No encuentran una salida al conflicto.
          Condicionados a resolver las diferencias mediante el chantaje y la amenaza, no saben cómo moverse para resolver políticamente el diferendo. Eso los convierte en un bando peligroso, porque sólo ven como solución la rijosidad.
          El rector Enrique Etienne Pérez del Río, hasta hoy se ha movido con cautela y sensatez. Insiste en el diálogo y eso es positivo. Se palpa, otro elemento relevante: falta información precisa de la parte oficial. Las redes sociales, sólo alimentan el encono entre ambos bandos: el oficial y los gonzalistas.
          Y eso sólo se desactiva con información puntual, oportuna.
          ¿Debe intervenir el gobierno estatal?..
          Sí. (Independientemente del prurito de la Autonomía. Y no estamos hablando que intervenga con sus instrumentos coercitivos, policiacos o penales, sino sentando a la mesa a las partes conflictuadas).
          Por una razón fundamental –entre otras-: un motín universitario de las dimensiones que estamos viendo, mete mucha ingobernabilidad al estado. 
          Y eso, no hace bien ni a la UAT, ni a la administración estatal…

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