jueves, 20 de octubre de 2016

Tiempos de Guerra

El juego del poder parte II
Feliciano Rangel Montoya
Oct. 19/2016
          Desde la época de Manuel Cavazos Lerma, sin ir más atrás, porque la historia cuenta que Américo Villarreal, era muy pragmático y simple para sus decisiones. Sin embargo, cuando el hoy senador por Tamaulipas llego a la máxima magistratura del estado, asumió también que el PRI, era un partido de estado, y lo acogió como una más de sus secretarias, quizá la más importante.
          Por el escritorio de Jaime Rodríguez Inurrigarro, pasaban los perfiles y nombres de quien debería de ocupar la dirigencia estatal del partido, y ya el gobernador en turno firma su acuerdo, era 1993. Después a la llegada de Tomas Yarrington -también matamorense- el partido siguió siendo una dependencia más del gobierno, Jesús Vega Sánchez, Rafael González Benavides, Simón Villar, fueron piezas claves en la conducción del partido en la época yarringtoniana.
          De esa época dos personajes saltan a la vista, el primer Eugenio Hernández Flores y el otro es Baltazar Hinojosa, uno empresario de la construcción de cd. Victoria y el segundo ascendente en una carrera política en el Estado de Coahuila, pero nativo de Matamoros. De esa misma época, pero siendo un joven aun, es Alejandro Guevara Cobos, de ciudad Mante.
          En ese instante Yarrington, apoyo a Eugenio Hernández para ser diputado federal y posteriormente alcalde de la capital tamaulipeca, y por otra parte daba manga ancha para que se placeara como secretario de educación a Baltazar Hinojosa, a la postre diputado federal y alcalde de Matamoros. En estos dos hombres Yarrington, tenía puesta sus miras en la sucesión. El otro que al principio le pidió apoyo para ascender en su carrera fue Alejandro Guevara, y Tomas lo apoyo, lo mando en la lista de plurinominales en el número 14, con tan mala suerte para uno, y tan buena para otro, que Guevara salió electo diputado federal, tras la hecatombe del 2000 en manos de Vicente Fox. Al querer regresar a Tamaulipas, el gobernador le dice “no es tu momento” y se asilo en el CEN del PRI, como líder de los jóvenes del priismo nacional. La vida da muchas vueltas, cuando el voto de los sectores y organizaciones era decisivo, para nombrar nuevo dirigente nacional, y el voto del líder de los jóvenes fue para Roberto Madrazo, y no para Beatriz Paredes, como querían el gobernador Yarrington.
          Después de eso, y siendo pieza clave en el CEN; compite en las urnas, por el VI distrito y vuelve a la cámara de diputados, donde las relaciones se acrecientan, y es bien recibido en el Estado de México, donde se fortalece y asciende hasta convertirse en el coordinador de giras del presidente de la república.
          La historia se repite, ahora Eugenio Hernández ex gobernador y Baltazar Hinojosa (ya merito) han hecho alianza para impulsar a Manuel Muñoz Cano, los desaguisados y sin sabores del pasado entre estos dos personajes, han sido zanjados, el liderazgo del PRI está en juego, y al igual que a principios de este siglo, es ese mismo grupo, que a toda costa quiere impedir la llegada de Alejandro Guevara a la dirigencia del partido que gobernó durante 87 años.
De aquello y lo demás…
          Lo que son las cosas, vaya desasosiegos que traen en la alcaldía de Reynosa, las tribus exigen su pedazo de pastel. Comenzando con el primer sindico Alfredo Castro Olguín, que ha mostrado su colmillo, y ha sacado a relucir los problemas internos.
          Pero no solo eso, la COMAPA trae también sus asegunes, y aún no termina de la limpia de aviadores, comisionados, ahijados y amigos, que dejaron las administraciones anteriores y ya están en la disputa por el verdadero poder del organismo.
          Las intenciones, de la alcaldesa son buenas, pero lo único que tendría que acomodar, es su equipo de trabajo, para que todo fluya en la dirección correcta.

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