domingo, 25 de enero de 2015

Los emergentes y los declinantes

El Fogón
José Angel Solorio Martínez
Enero 23  2016

           Con el registro de los precandidatos priistas de los distritos I, III, VI y VII –con cabeceras en Nuevo Laredo, Río Bravo, Mante y Madero, se cierra el ciclo del año electoral 2015, y se abre el período –en tiempos políticos, no jurídicos- del 2016. La presencia de esta cuarteta, tiene muchos significados en el escenario estatal. Son dos, elementos políticos emergentes y dos, sujetos políticos declinantes.
           Edgar Melhem Salinas y Alejandro Guevara Cobos, son actores que están jugando el rol de renovadores de una clase política tricolor, diezmada por diversas causas. Tanto la chica de Nuevo Laredo, como Edras Romero, son actores declinantes en el paisaje sociopolítico regional. La nuevolaredense, porque nació con la derrota a cuestas; el petrolero, porque representa un sindicalismo en retroceso y en descomposición que lo distancia de proyectos de mayor amplitud en la entidad.
           La tragedia de Edras y de Abdalá, es que ni el triunfo los pone en el camino del crecimiento. Ambos, son parte de las élites tamaulipecas en proceso de desmantelamiento. Más el alcalde de Madero, que la dama de Nuevo Laredo; pero el final para ambos será idéntico: este proceso electoral, los desaparecerá de la vida pública estatal. (Si Edras gana, se incorporará a las tareas del Congreso y de su Sindicato por lo que será remoto que siga ejerciendo influencia en la región; si pierde, peor…)
           Las canicas las traen en el bolsillo Melhem y Guevara Cobos.
           Ambos, lo demostraron en sus actos de registro. Al riobravense lo cuerpearon casi un millar de seguidores y parte de la clase política de su distrito. El mantense, mostró potencia y fortaleza: fue acompañado al registro por más de 3 mil correligionarios y por lo más relevante de la clase política y empresarial de Tamaulipas. Edgar convocó a un núcleo social muy destacado de su complicado distrito; Alejandro, cohesionó a la mayoría de los capitanes de empresa del sur y norte del estado y a una amplia gama de políticos del centro tamaulipeco.
           Edgar, salió con ganas de ganar su distrito.
           Alejandro apareció con ímpetus y la vista puesta en el 15, pero con el ojo en el 2016.
           La eclosión de estos factores emergentes, -me parece, sin que ello fuera parte de un plan- liquidó las pocas esperanzas de otro aspirante al 2016: Marco Antonio Bernal Gutiérrez.
           ¿Y eso..?
           Por una razón: Edgar y familia ya tomaron su propio camino. Creen –con justa razón- que el riobravense puede entrar a la final del 2016. Es decir: ya no tienen por qué jugar con otro precandidato. Para decirlo más claro: Bernal Gutiérrez, perdió un conglomerado aliado. (Los Melhem han jugado con Bernal en todas sus intentonas anteriores por ser gobernador de Tamaulipas).
           La otra explicación del derrumbe de Bernal: A Guevara Cobos, lo acompañó casi el 100 por ciento de los cuadros empresariales y políticos que en sus incursiones pasadas aparecieron al lado del matamorense apuntalándolo para la gubernatura. Representantes de la vigorosa estirpe tampiqueña Garza Cantú como el diputado Rigoberto Garza Faz, la diputada Amira Gómez, el transportista Fernando Barrera, el ex rector Humberto Filizola Haces, Álvaro Villanueva y su hermano Jesús, Heriberto Deándar Robinson y otros ciudadanos de Matamoros y Nuevo Laredo, que en el pasado apostaron por Bernal Gutiérrez, aparecieron como aliados de Guevara Cobos.
           En otras palabras: el aspirante matamorense quedó reducido a polvo por el par emergente. Tanto Edgar como Alejandro, en un tris, convirtieron a Bernal Gutiérrez, en un actor declinante en un Tamaulipas trepidante y de escenarios tan veloces como alucinantes.
           ¿Quién le tenderá puentes a Marco Antonio?.. Muy pocos. Poquísimos. Ya la inmensa mayoría tomó posiciones.
           En términos generacionales, Edgar y Alejandro, han dejado atrás a varios actores que por su actitud y operación en la arena política estatal, se muestran desfasados. Edras, Paloma y Bernal, representan en el Tamaulipas del 2016, lo que pudo ser. El mantense y el riobravense, caminan y se exhiben como lo que puede ser. Parafraseando a Wilfredo Pareto: la reproducción de las élites es un proceso natural y obligado para el dominio en las estructuras políticas y económicas.
           El 2015, ya está definido en su primer lapso.
           El 7 de junio, no sólo concluirá como etapa sociopolítica del 2015. Abrirá también, la caja de los demonios del 2016.
           Mostrará, al mismo tiempo, el acelerado envejecimiento –esencialmente político- de tres personajes que dejaron atrás sus tiempos de gloria: Paloma Guillén, Edras Romero y Marco Antonio Bernal…


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