domingo, 25 de enero de 2015

La cloaca de la historia…

Polvorín
José Ángel Solorio Martínez
Enero 23/ 2015

Los fétidos residuos de la red de poder de Tomás Yarrington, caminan por todo Tamaulipas soñando en un regreso con gloria. Paradójicamente, un prófugo de la Justicia logró más candidaturas a diputado en la entidad, que todos los ex gobernadores, e incluso otros factores de mayor relevancia y potencia. Obtuvo para su establo, los distritos II, con cabecera en Reynosa, el IV con cabecera en Matamoros y el VIII con cabecera en Tampico.

La postulación de María Esther Camargo como conquista del grupo capitaneado por el alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez, no se explica sin la fortuna que el matamorense imprimió a la carrera del reynosense. Fue con Tomás, su época más fructífera. Con Yarrington, logró lo que todo político podría ambicionar en su estado: diputado federal, Senador de la república y súper Secretario.

¿Se puede negar, el vínculo orgánico, político entre Tomás y Oscar?..

En el IV Daniel Sampayo, es innegablemente un socio de Yarrington; desde el PAN y desde el PRI, esa estirpe ha operado en apego a los intereses del ex gobernador en fuga. Otro político matamorense, que estuvo cerca de la candidatura con aquel soporte es Erick Silva.

La candidata por el VIII distrito, Paloma Guillén Vicente es una veterana política que incursionó en el servicio público desde hace más de 4 décadas. Sin embargo, su vinculación con el ex gobernador Yarrington es obligada. Con el economista matamorense, disfrutó de la más alta cresta del poder: fue Procuradora de Justicia, Secretaria General de Gobierno y diputada local.

(Tanto se adhirió al proyecto de Tomás la abogada tampiqueña, que no tuvo empacho en realizarle el trabajo sucio: operó la caída del rector Jesús Lavín Santos del Prado, para llevar a la Rectoría al ex porro José María Leal Gutiérrez. Tuvo un propósito esa medida: meter mano al fondo de pensiones de la UAT que hace 10 años era de 6 mil 500 millones de pesos. Aún hoy, se desconoce el paradero de esa suma propiedad de los trabajadores de la Universidad).

Como se ve Yarrington, todavía patalea.

Veremos, si el electorado le da una nueva oportunidad a esos pícaros de la política…

…o si de plano, decide enviarlos a la cloaca de la historia.

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